Desde la llegada del
coronavirus al país, la mayoría de los ciudadanos ha debido hacer cambios radicales en sus rutinas y suspenderlas para pasar la mayor parte del tiempo en sus hogares. Trasladar el lugar de trabajo y estudios a las casas, aislarse físicamente y cancelar eventos planificados, han sido algunas de estas modificaciones. Pero, ¿
cuánto ha cambiado la percepción de la vida que han estado llevando los chilenos en estas últimas semanas?
Una encuesta realizada en redes sociales por
Corporación Ciudades a más de seis mil personas mayores de 18 años a lo largo del país -entre el 28 de marzo y el 6 de abril-, reveló cuáles han sido las principales dificultades de los ciudadanos para adaptarse a este nuevo estilo de vida y los aprendizajes que han dejado los días de cuarentena.
Respecto a la
convivencia, el
49% declaró que ha mejorado, el 41% no ha visto mayores variaciones, mientras que un 10% sintió un deterioro de la relación familiar. Estas respuestas tuvieron variaciones según el sector en que residían los entrevistados. Así, las ciudades donde más se considera que la relación ha mejorado son Coquimbo-La Serena, Temuco-Padre Las Casas y Punta Arenas, con un 55%.
En tanto, los lugares donde el empeoramiento de la relación obtuvo un porcentaje más alto, fueron Quillota-La Cruz-Calera y Talca-Maule, con un 14%.
Uno de los temas en que se vio reflejada la diferencia que existe entre regiones y sectores de la capital, fue el
acceso al estudio o al trabajo desde las casas.
Ante la pregunta de si las personas consideraban tener
el espacio y las condiciones adecuadas para realizar sus labores desde los hogares, en promedio el
56% aseguró que sí, pero con diferencias entre ciudades y sectores. Si en la zona Nororiente de Santiago el 70% respondió afirmativamente, los habitantes de los sectores Sur, Poniente y Norte lo hicieron en un 54%. Incluso, a nivel nacional, quienes viven en Copiapó y Tierra Amarilla señalaron solo en el 41% de los casos que contaban con las condiciones apropiadas.
A pesar de que la mayoría aseguró tener las comodidades para quedarse en sus casas para el trabajo o estudio, ante la pregunta sobre qué cambios les gustaría que se hicieran en la sociedad y los empleos luego de la pandemia, el 46% consideró que la
flexibilización de horarios de inicio y término de jornada sería la mejor opción, mientras que el 19% optó por que el transporte y los espacios públicos congreguen menor cantidad de gente, el 17% por mantener parcialmente sus labores desde la casa, el 11% no consideró necesario ninguna modificación y a un 7% le gustaría que los lugares de trabajo y estudio congregaran menor cantidad de gente.
El futuro
Respecto a cómo les gustaría a los entrevistados que fueran sus
ciudades a futuro, cerca de la mitad (49%) dijo aspirar a que los aspectos principales sean la preocupación por la
limpieza, el orden y la seguridad, por sobre la conectividad (19%), la modernidad y digitalización (12%) y la cercanía de lugares para las actividades diarias o el desarrollo de espacios públicos que permitan generar mayor comunidad.
Sin embargo, al analizar las respuestas según la residencia de los encuestados, los habitantes del Gran Santiago son quienes más esperan tener una
ciudad conectada con una red de transporte amplia e integrada con el 28% de las preferencias, siendo que a nivel nacional el 19% lo consideró prioritario.
También se consultó si
las ciudades debieran tener una extensión máxima y un tope de habitantes. A la primera pregunta, un 81% respondió afirmativamente frente a un 19% que piensa lo contrario, en tanto que a la segunda interrogante, un 64% consideró que sí y un 36% que no.
"La historia nos muestra que muchas de las grandes transformaciones en planificación urbana tuvieron su origen en el combate de pandemias o por solucionar problemas de habitabilidad e higiene urbana.
La crisis del covid-19 nos está llamando, como en otras épocas, a
volver a revisar la planificación y gestión de nuestras ciudades", concluyó
Juan Manuel Sánchez,
director ejecutivo de Corporación Ciudades.