Le Bernardin, en Manhattan, es considerado uno de los mejores restaurantes de pescado del mundo. Pero en la era del coronavirus, los empleados cambiaron sus clásicas preparaciones para servir recipientes de plásticos con pollo, arroz y coliflor, y
distribuirlos a médicos y enfermeros.Este miércoles, el chef
Eric Ripert, de origen francés y con tres estrellas Michelin en la guía de Nueva York desde su primera edición en 2005,
reabrió por primera vez desde el 13 de marzo una de sus cocinas en su restaurante del barrio financiero de Manhattan.
Desde hace semanas que preparaba este proyecto, apoyado por la asociación caritativa World Central Kitchen y otras empresas.
A partir de ahora, y potencialmente hasta la reapertura del restaurante que esperan que sea en septiembre, esta cocina en medio de la crisis ocupa de lunes a viernes a cuatro de sus 180 empleados, quienes perdieron sus trabajos. Preparan unos
400 platos a diario, destinados al personal médico que vino a Nueva York desde otros estados del país como refuerzo, y que están instalados en hoteles del barrio.
"Por ahora, lo que es importante es ayudar a la comunidad en general, y específicamente a los médicos y enfermeros", explicó Ripert, de 55 años, con barbijo y guantes frente a los recipientes.
"Nuestro objetivo es hacerlo bien, de manera que esta gente que corre riesgos enormes, que ven cosas terribles durante su jornada laboral, cuando
regresan al hotel puedan descansar un poco en su habitación y comer algo que esté bastante bueno", añadió.
El menú para las próximas dos semanas ya fue elegido:
arroz, pollo y coliflor el jueves, luego pasta a la boloñesa y brócolis el miércoles. También habrá cuscús, pan de carne y tayín. Siempre una proteína con verduras y "algo consistente" como pasta o arroz, dijo.
Aunque la pandemia se desacelera en la capital económica estadounidense, Nueva York sigue siendo el
epicentro de la crisis en el país con casi 20.000 muertos confirmados o probables del virus, y aún no hay una fecha para el fin de la cuarentena.
Crédito: AFPEl restaurante después de la pandemia
Sin embargo, pese a la falta de informaciones sobre una posible reapertura, Ripert no puede evitar soñar con el Bernardin después de la pandemia.
Aunque no contempla revolucionar su modelo, como algunos chefs franceses que ahora conciben sofisticados platos que entregan a domicilio, "
definitivamente no será el mismo Bernardin previo al cierre", dijo.
"El Bernardin era un restaurante de lujo, con tres estrellas Michelin, vamos a intentar continuar para poder crear esta experiencia para los clientes", sostuvo.
Será necesario tener
más espacio entre las mesas y reducir el número de comensales, que sin contar con las dos salas de recepción podía llegar a 120. Y trabajar con máscaras, guantes y muchos productos desinfectantes, subrayó.
Pero este copropietario, habituado a ver su restaurante lleno, aún debe resolver la
ecuación económica. Ripert, que desde el inicio de la epidemia publica recetas muy simples y baratas para sus 600.000 seguidores en Instagram, no quiere revelar su contabilidad. Pero antes de la crisis empleaba a 180 personas, y piensa reabrir "quizás con 40 o 50 empleados".
La clientela internacional, que representaba un "30 a 40%" del total, desaparecería, al menos mientras se desaconsejen los viajes internacionales. "
No sé si tendremos muchos clientes que vengan de otros estados del país", ni "si los neoyorquinos querrán salir y sentirse cómodos y seguros en un restaurante", dice.
"Haremos todo lo posible, vamos a trabajar para que los clientes estén contentos, que pasen un buen momento en el Bernardin, para que nuestros empleados puedan tener un trabajo", afirma. "Luego llegarán las estrellas, o no. Hoy no es lo esencial, cuando pensamos que estamos atravesando una crisis mundial".
Crédito: AFP