La
muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía en Minnesota, ha hecho que
muchas celebridades estadounidenses manifiesten su opinión respecto al problema del racismo en su país. Sin embargo, se trata de un conflicto que se extiende por años y años, por lo que
en otras oportunidades los famosos también han hablado abiertamente sobre el tema.
Es el caso de
Meghan Markle, actual esposa del príncipe Harry de Inglaterra, que si bien en esta ocasión no ha emitido ningún comentario respecto al hecho que ha provocado protestas y manifestaciones en Estados Unidos y otros países del mundo, sí lo hizo
en 2012 en el marco de una campaña contra el odio racial.
En la grabación, que resurgió debido a la muerte de Floyd, la ex actriz luce el cabello suelto y
una camiseta blanca con la frase "No toleraré el racismo".
"Mi nombre es Meghan Markle y estoy aquí porque creo que
es una campaña muy importante de la que hay que formar parte", señala al comienzo.
Luego continúa explicando que
en su caso el racismo es un tema muy personal, debido a que es una persona que tiene dos razas, ya que su madre, Doria Ragland, es afroamericana y su padre, Thomas Markle, es blanco.
"Algunas de las cosas o chistes realmente ofensivos que he escuchado o los nombres, me han golpeado de una manera muy fuerte", agrega, recordando
un episodio en el que a su madre, Doria Ragland, la llamaron con la "N-word", en referencia a la palabra que se utiliza para insultar a los afroamericanos.
Asimismo, Meghan recuerda que cuando sus abuelos viajaron desde Cleveland a California, donde se establecieron, cuando paraban a comprar comida, tenían que entrar por la puerta trasera. "Creía que eso se había quedado en aquellos días en el pasado... pero tristemente se ve que no", sostiene.
"
Estoy realmente orgullosa de mi herencia de ambos lados, estoy muy orgullosa de dónde vengo y hacia dónde voy, pero
espero que para cuando tenga hijos la gente tenga una mentalidad más abierta para ver cómo cambian las cosas. Tener un mundo lleno de mezclas lo hace mejor, más hermoso, más interesante", finaliza.
En 2017, cuando todavía era novia del príncipe Harry, Meghan afirmó
por tener dos razas, la industria la etiquetaba como "étnicamente ambigua", es decir, en ocasiones era considerada como latina, otras como sefardí o también como una caucásica exótica.
Asimismo, señaló en realidad
lo que más le molestaba era que su piel fuera modificada para las sesiones fotográficas, concretamente utilizando un aerógrafo para aclarar su tono y borrar sus pecas.
Meghan junto a su madre Doria y su esposo Harry. Crédito: Reuters.