CUBA.- Representantes de la disidencia interna cubana afirmaron hoy que la visita del comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, a Cuba para reanudar la cooperación al desarrollo con la isla ha servido para que el Gobierno imponga sus condiciones a la Unión Europea (UE).
Algunos disidentes tildaron de "esquizofrénico" que la UE defienda el diálogo del Gobierno cubano con la oposición y sus funcionarios no se reúnan con ella, aunque la mayoría se mostró favorable a que el bloque europeo envíe ayuda a Cuba "si realmente llega al pueblo".
"Da la sensación de que la UE está claudicando ante el gobierno cubano,", indicó a Efe Miriam Leiva, periodista independiente y miembro fundador de las Damas de Blanco, que agrupa a mujeres familiares de los 75 condenados en 2003 en juicios sumarísimos.
Ese episodio llevó al bloque europeo a establecer sanciones diplomáticas contra Cuba, a las que La Habana respondió suspendiendo las relaciones de cooperación con la UE que fueron reanudadas el pasado jueves, durante la visita de dos días de Michel a la isla.
Las sanciones fueron eliminadas definitivamente en junio pasado, lo que destrabó las relaciones entre las dos partes, que se reunieron la semana pasada en París en el primer encuentro entre ministros desde 2003.
Michel y el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, suscribieron el jueves el restablecimiento de la cooperación de la UE con Cuba con una declaración en la que se establece que la ayuda se llevará a cabo "sin condicionamiento alguno" y sobre la base del respeto a la soberanía, la no injerencia y las prioridades establecidas por el país receptor.
Leiva señaló que "a cooperación y el diálogo son positivos pero están siendo manipulados por el gobierno cubano, ya que Michel aceptó un comunicado en el que se dice que la cooperación es sin condición ninguna".
"El gobierno cubano y el comisario están jugando a una ayuda humanitaria al pueblo cubano, que lo necesita, a expensas de cuestiones mucho más importantes que son: la asistencia real a todo el pueblo de Cuba (...), que se den pasos reales que beneficien al pueblo, una apertura del sistema", dijo.
Para Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación, la reanudación de las relaciones se produce “bajo las reglas que pone el gobierno cubano sin que hayan cambiado las circunstancias” que motivaron la suspensión en 2003.
"No queremos que las relaciones sean tensas pero lo que si es tenso es el mantenimiento de los defensores de los derechos humanos en las cárceles y la negación de derechos a los cubanos", dijo el Premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2002 sobre la visita, en la que Michel no se reunió con los disidentes.
Añadió que "es algo, al menos, esquizofrénico, que por una parte hablen de diálogo con la oposición y por otra en el momento en que viene un representante de la UE lo primero que marque es la exclusión de la oposición".
Martha Beatriz Roque, de la plataforma Agenda para la Transición, señaló que lo que se acordó el pasado jueves "no es cooperación sino la forma en que (...) la UE está cediendo su soberanía a lo que Cuba está imponiendo".
"Si ese donativo llegara al pueblo sería positivo, sobre todo si llegara gratis, porque a los damnificados se les está vendiendo todo", dijo Roque.
Para Manuel Cuesta Morúa, del socialdemócrata Arco Progresista, el diálogo "es muy positivo" al igual que la ayuda comprometida por la Comisión Europea, que, según Michel, destinará 2 millones de euros como asistencia de emergencia para paliar los efectos de dos huracanes que azotaron Cuba recientemente y entre 25 y 30 millones de euros a partir de 2009.
No obstante, según Cuesta "cabría haber esperado que, dado que la UE tiene un diálogo político en materia de derechos humanos, un alto funcionario hubiera correspondido a esa legitimidad que la UE le ha dado a la oposición democrática dentro de Cuba" con una reunión.
Oscar Espinosa Chepe, preso con licencia extrapenal del grupo de los 75, dijo que la visita de Michel le ha "decepcionado más todavía que la anterior" en marzo, aunque señaló que le da el beneficio de la duda ante la posibilidad de que pudiera haber liberaciones de presos políticos.