Pierce Brosnan, Olivia Williams y Ewan McGregor, el trío protagónico de ''The Ghost Writer'', llegando al estreno de la película.
AFP
BERLÍN.- Pocas veces una ausencia levanta tanta expectación como la de Roman Polanski. Los actores Ewan McGregor y Pierce Brosnan arroparon hoy en la Berlinale al "fantasma" del director, que no pudo acudir al festival a presentar su nuevo trabajo, "The Ghost Writer", ya que continúa bajo arresto domiciliario en Suiza.
Decenas de periodistas se quedaron sin poder acceder a una abarrotada rueda de prensa en la que el cineasta, más que su thriller político, se convirtió en el auténtico protagonista de la jornada, relegando a un segundo plano a la otra cinta a concurso, "Howl".
"Su arresto fue un shock", dijo Brosnan. "Me pregunté '¿por qué después de tanto tiempo?'. Me dio mucha pena sobre todo por su familia". La cinta estaba prácticamente concluida cuando en septiembre se produjo la detención de Polanski, acusado de un delito de abusos sexuales cometido hace más de 30 años. Pero el cineasta estuvo puliendo detalles hasta el final: "Le enviábamos paquetes a prisión a través de su abogado", añadió el productor, Robert Benmussa.
Por eso, a todos les resultaba "extraño" presentar la película sin él. "Me da mucha pena que no esté aquí, siento que en mi actuación también están puestas sus manos", dijo McGregor. "Con él he aprendido más sobre interpretación que con cualquier otro cineasta (...) Es como una madre: molesta reconocer que siempre tiene razón".
En "The Ghost Writer", McGregor vuelve a meterse en la piel de un escritor, como ya hiciera en "Moulin Rouge", pero esta vez con un encargo muy especial: será el "negro", el "autor fantasma" que redactará las memorias del primer ministro británico. Y a éste, un ficticio Adam Lang, da vida el ex agente 007 Pierce Brosnan.
"Lo primero que pensé cuando recibí la propuesta y leí el guión fue: '¿Voy a hacer de Tony Blair?'", dijo Brosnan. Lo mismo se les ocurrió a muchos críticos, pues la cinta se basa en la novela "The Ghost" ("El poder en la sombra", Mondadori), del autor de bestsellers Robert Harris, que fue vista en su día como un retrato velado del ex premier británico. Harris, que también firma el guión, siempre rechazó esa idea, aunque reconoce que sí se inspiró en la figura de Blair, entre otros políticos.
Ganador de un Oscar por "El pianista", Polanski vuelve a competir ahora por el Oso de Oro, después de hacerse con él en 1967 por "Cul- de-Sac". Y entre sus 19 rivales también se presentó hoy "Howl", de Rob Epstein y Jeffrey Friedman, que fue recibida con un cálido aplauso por la crítica.
Curtidos en el género de la no ficción, los cineastas tratan de reconstruir el juicio contra el poema "Howl", del escritor beat Allen Ginsberg, a quien da vida James Franco. Para muchos, aquel fue un momento crucial en el nacimiento de la contracultura, mientras "Howl" "sigue conmocionando 55 años después", explicó Friedman.
Así, la cinta se va hilando desde tres perspectivas distintas: la reconstrucción del proceso donde la obra es acusada de "obscena" y los pensamientos de Ginsberg, que no estuvo presente en el juicio; la primera lectura en público que el poeta hizo de "Howl" en San Francisco y, finalmente, el propio "Howl", visualizado como "fantasía beat" por el diseñador Eric Drooker y con música de Carter Burwell.
"Queríamos hacer algo cinematográficamente distinto, trabajar con elementos diferentes que representaran distintas dimensiones del poema", señaló Epstein, ganador de un Oscar por el documental "The Times of Harvey Milk". Y es que tan difícil como tratar de explicar en prosa "Howl" es intentar llevar a la gran pantalla el pulso de una obra que marcó a toda una generación.
Finalmente, la tercera película del día en sección oficial, aunque fuera de concurso, fue la controvertida cinta sobre racismo "My Name is Khan", dirigida por el cineasta y productor Karan Johar y protagonizado por las superestrellas bollywoodienses Shah Rukh Khan y Kajol.
"Me llamo Khan y no soy terrorista". No se sabe a ciencia cierta si Khan utilizó realmente estas palabras en 2009 para convencer de su inocencia a los agentes del aeropuerto de Newark, después de que estos lo arrestaran e interrogaran durante horas (aparentemente sólo a causa de su apellido musulmán), antes de que la embajada de la India lograra deshacer el entuerto.
Sin embargo, en la ficción, Khan tendrá que trasladar esa frase al mismísimo presidente de Estados Unidos. El actor da vida a un indio musulmán que padece el síndrome de Asperger (una variante leve del autismo) y tiene su mismo apellido. Tras casarse con una divorciada hindú (Kajol) y formar una familia en América, su feliz vida se verá truncada por los atentados del 11 de septiembre. Khan cruzará todo el país, aun traumatizado, llevando consigo su particular mensaje.