La revolución de octubre. Durante los años '60 el trompetista Bil Dixon impulsó el free jazz desde múltiples direcciones: con discos, con conciertos, con cátedras y con la famosa Jazz Composer's Guild.
Jazzchicago.netPARÍS.- El lengendario trompetista de free jazz Bill Dixon murió anoche miércoles a los 84 años en su vivienda de North Bennington, en el estado norteamericano de Vermont, informó hoy "The Washington City Paper" citando al manager del artista.
Al contrario que la mayoría de genios del jazz, oriundos del sur de Estados Unidos, Dixon procedía de Massachusetts, en el noreste del país. Aunque no aprendió a tocar la trompeta hasta la edad adulta, pronto se convirtió en uno de sus mejores intérpretes.
A finales de los '50 Dixon encabezó en las Naciones Unidas la UN Jazz Society, que aún hoy existe. A principios de la década siguiente se convirtió en una destacada figura del free jazz, subestilo que hacia 1959 y 1960 organizó espontáneamente el saxofonista Ornette Coleman, hoy de 80 años de edad.
Viva la revolución
Su serie de conciertos conocidos como "October Revolution in Jazz", que dirigió en 1964, posibilitó un año más tarde a la creación de la Jazz Composers Guild, una asociación destinada a promover el pensamiento y los alcances del free jazz a través de diversos ensambles y una orquesta.
Bill Dixon, que nació el 5 de octubre de 1925, no debe confundirse con el bluesman Willie Dixon, como habitualmente ocurre. Los pasos determinantes del trompetista comenzaron a darse a fines de los años, cuando integró los conjuntos de freejazzistas de alto impacto como el pianista Cecil Taylor (en 1958) y el tenorista Archie Shepp (en 1960). Sus tres discos más importantes en esta línea son Somewhere (1962, con e propio Shepp), Metamorphosis 1962-1966 (1967) y November 1981 (1981).
Tras impulsar esta Jazz Composer's Guild, entre 1966 y 1968 Dixon se vinculó con el trabajo académico e inició una cátedra en el Bennington College de Vermont, donde creó el Departamento de Música Negra. Hacia las décadas de 1980 y 1990, Dixon compatibilizó sus clases y actividades docentes prácticas con actuaciones en los círculos del free jazz y el avant-garde en Europa, cuyas sociedades, desde los tiempos de Charlie Parker, siempre estuvieron muy abiertas a la entrega musical de los jazzistas afroamericanos.