La cantante enfrenta la demanda justo cuando acaba de dar a luz su primer hijo.
EFEMIAMI.- La cantante mexicana Paulina Rubio afronta una demanda por casi un millón de dólares por presunto incumplimiento de contrato, al no actuar en un concierto patrocinado por el gobierno de Colombia para celebrar la elección del presidente Juan Manuel Santos.
La llamada "Chica Dorada" de la música pop en español firmó contrato con CMG Entertainment INC, el Fondo Mixto de Cultura de Boyacá y la corporación cultural Viva La Música, en Miami (EE.UU.), para cantar en dos conciertos, uno en Bogotá el 28 de agosto pasado y otro en la vecina ciudad de Tunja (centro), el 31 de ese mismo mes.
Sin embargo, la artista no cumplió con el segundo concierto donde estaba "el presidente de Colombia, el gobernador, numerosos funcionarios y los dignatarios de 23 países", según el reclamo presentado por el abogado Richard C. Wolfe, de la firma Ehrenstein Charbonneau Calderín, en un tribunal estatal de Miami.
"Alcanzamos un contrato con ella que tenía que cumplir y no apareció. Teníamos a 30 mil personas esperando que ella apareciera y no lo hizo", dijo Wolfe.
Carlos Gutiérrez, director de CMG Entertainment INC, comentó que se trataba de una ceremonia internacional. "No se puede burlar de un presidente, ni de un de país, ni de un gobernador, de nadie. Me ha afectado muy fuerte a nivel personal, psicológico y mentalmente, porque nunca me había pasado esto en la historia y he trabajado con artistas como Celia Cruz, Tito Puente y Marc Antony", manifestó el empresario.
Gutiérrez dijo que "lo más triste es que se burló del país y nunca salió a decir: 'Lo siento'. Solo lo que comentó en Twitter".
En esa red social, Rubio escribió: "Disculpas a mis fans en Tunja por lo ocurrido. Es mi responsabilidad, pero a veces ocurren cosas que se salen de control".
El ejecutivo estuvo de acuerdo en pagar a la intérprete de "Ni una sola palabra" 100 mil dólares por los dos conciertos, además de suministrar el transporte desde Miami a Colombia, los hoteles y el traslado por tierra desde Bogotá a Tunja.
Luego, mediante un convenio verbal fijaron un tercer concierto en Medellín para el 28 de agosto y la artista recibió un pago adicional de 60.000 dólares.
La cantante, que viajó con su banda y "séquito" de 22 personas, cumplió con los conciertos en Bogotá y Medellín, pero los problemas comenzaron, de acuerdo con el documento, cuando debió trasladarse desde esa última ciudad a Tunja.
Rubio se quedó en el hotel de Medellín a pesar de que su banda y las demás personas que viajaban con ella partieron a Tunja.
El mismo día del espectáculo exigió trasladarse "solo si los demandantes estaban de acuerdo en suministrarle un avión privado" para evitar viajar cinco horas desde Medellín a Tunja en automóvil.
CMG Entertainment INC fletó el avión y contrató a un piloto a un costo de 6.000 dólares. La nave esperó por la artista en el aeropuerto de Medellín "por más de cinco horas", y cuando finalmente llegó las autoridades aeronáuticas le notificaron que era ilegal volar directamente a esa hora a Tunja por restricciones sobre cierto espacio aéreo.
Pese a ello, según el documento, Rubio "ofreció un soborno de 5.000 dólares" al piloto para que intentara volar y éste "aceptó".
El avión fue detectado por radar y se le comunicó al piloto que debía abandonar de inmediato el espacio restringido o "enfrentaría el riesgo de ser derribado".
Rubio intentó convencer a un militar colombiano que a "ella se le debía permitir volar", pero no la autorizó y ordenó al avión dirigirse hacia Bogotá.
La artista envió un mensaje de correo electrónico a Gutiérrez informando que "debido al clima no se le permitió aterrizar en Tunja".
El pasado 2 de noviembre el abogado de los demandantes envió una carta a Rubio notificando que debía pagar en siete días 985.000 dólares por los costos del concierto, incluyendo los relacionados con los 23 dignatarios por 112.801 dólares. Se le advirtió que si fallaba en pagar se le presentaría una demanda civil.
Entre los documentos hay una carta de Jose Martin Itzcovich-Schuster, médico psiquiatra que atiende a la cantante, fechada el 23 de marzo pasado y en la que hace constar que la ha tratado por una "depresión clínica".
En la misiva afirma que la artista ha desarrollado una dependencia con sus mascotas "por la inestabilidad de su vida" y que "necesita que se le permita viajar con su perra, Lima Valentina". Gutiérrez dijo que esa carta no guarda ninguna relación con lo sucedido en el concierto de Tunja.
La demanda se divulgó hoy, el mismo día en el que se informó que Rubio, de 39 años, dio a luz a un niño en un hospital de Miami.
El niño, que pesó cerca de 4 kilos al nacer, se llama como el esposo de la cantante, el empresario español Nicolás Vallejo-Nájera, más conocido como "Colate".