La Dirección de Gendarmería ordenó aumentar el número de gendarmes de guardia al interior del recinto penal.
UPISANTIAGO.- Una situación sumamente compleja se estaría viviendo al interior de la ex Penitenciaría de Santiago, donde ayer se registraron graves incidentes entre los internos y los gendarmes luego de una exhaustiva revisión de las celdas.
Según cifras entregadas por Gendarmería, los desórdenes dejaron a 54 reclusos y 12 efectivos lesionados, pero de acuerdo a los internos la cifra es mucho mayor y sólo entre los presos superaría el centenar de heridos.
La información también se contradice con la entregada esta mañana por el ministro de Justicia, Felipe Bulnes, quien informó que son 60 los gendarmes que resultaron lesionados al controlar los disturbios, pero no se refirió a los reclusos.
Uno de ellos, que se identificó como Camilo, señaló a Emol, a través de una conversación telefónica, que los mayores problemas se registran en la galería número 8, donde habría 15 heridos graves que presentan cortes y mordeduras de perros en sus rostros.
El hombre aseguró además que varias personas estarían desangrándose producto de las lesiones y que incluso algunos habrían perdido el conocimiento.
El interno también indicó que varios de sus compañeros iniciaron una huelga de hambre, lo que fue ratificado por otro reo que tiene el beneficio de la reclusión nocturna.
Los incidentes en el mayor recinto carcelario del país (acoge a 7.200 reclusos) comenzaron ayer en la tarde cuando Gendarmería dispuso que cerca de 350 internos de las torres 10 y 8 concurrieran al gimnasio, mientras funcionarios revisaban sus celdas para detectar drogas u otros elementos prohibidos. Hallaron 120 armas blancas, 16 teléfonos celulares y bebidas alcohólicas.
El anuncio de allanamiento alteró a los convocados, quienes comenzaron a protagonizar desmanes. Otros 250 presidiarios de la torre 11, seguidos por grupos de la misma 8 y de la 9 se sumaron a la revuelta.
Durante los desórdenes se registraron fogatas, se colocaron barricadas y fue necesaria la presencia del grupo antimotines de la entidad. Cerca de 150 miembros de la institución debieron intervenir para controlar a la población penal. También concurrió Bomberos para facilitar agua y recursos para que los guardias apagaran las llamas.
El panorama pareció calmarse a las 19:30 horas, pero una hora más tarde el recinto volvió a convulsionarse. Recién a las 22:30 horas el orden fue restablecido, mientras más de 200 familiares de los reclusos se agolpaban en las afueras del recinto.