Este actor es uno de los nombres con más trayectoria que aún trabajan en el séptimo arte. Los primeros registros de su filmografía datan de 1956 y en su carrera tiene grandes trabajos, como en la recordada “Larence de Arabia”, que le valió su primera presencia en los galardones de la Academia, en 1963.
Su larga carrera en todo caso, ha tenido el mismo sino que la de Scorsese: ha sido nominado en 7 ocasiones previas, incluso ha recibido un Oscar honorario, pero hasta ahora se ha ido siempre con las manos vecias.
“Venus” es la película que lo trae de nuevo a la lucha por la estatuilla dorada, 24 años después que recibiera su nominación anterior.
La historia es protagonizada por dos veteranos actores (O’Toole y Leslie Phillips), que ven alterada su tranquila rutina cuando una joven que sueña con ser modelo se cruza en sus vidas.
El mayor apoyo que tiene la candidatura de O’Toole es que difícilmente se presente otra oportunidad para premiarlo. Con 75 años es poco probable que tenga una nueva candidatura.
En 1992, este actor tuvo su primer acercamiento a la fama. Ese año protagonizó “El juego de la lagrimas”, un intenso drama con varios secretos que dejaron a más de alguno con la boca abierta.
Su cara había comenzado a ser conocido cinco años antes, cuando acompañó a Robin Williams en el locutorio de “Buenos días Vietnam”.
15 años después, este actor se ha transformado en una cara conocida en TV, donde ha participado en series como E.R., y en cine, gracias a sus trabajos en producciones como “Pret a Porter”.
La suya no ha sido carrera ligada a grandes éxitos de taquilla, pero se las ha arreglado para mantenerse vigente con papeles convincentes. A eso se suman importantes reconocimientos, como la Palma de oro que ganó en Cannes en 1988 por Bird.
Esta es la primera vez que la Academia se fija en su trabajo y lo hace por su interpretación de un conocido dictador ugandés, Idi Amin, quien fue acusado de genocidio por el cruel régimen que implantó en su país.
El trabajo de Whitaker como el déspota e inestable líder africano transmite las emociones de un personaje desequilibrado que no dudaba en bajar el dedo ante sus opositores o cualquiera que se cruzara en su camino.
El 25 de febrero tendrá un cerrada disputa por la estatuilla dorada, pero el Globo de Oro que ya ganó puede ser un antecedente a su favor.