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  Martín de Aranda

Nació en Villarrica, probablemente en 1560. Sus padres fueron don Pedro de Aranda y doña Catalina de Escabías y Dávalos, quienes eran gente muy cristiana y se preocuparon de darle una sólida formación a sus hijos.

Aprendió de niño el idioma de los mapuches. Ingresó a las tropas españolas, tal como sus otros hermanos. Al parecer se distinguió como soldado, ya que en 1589 fue nombrado por el Virrey del Perú, como Primer Corregidor de Riobamba.


Camino a los altares


La causa, que se abrió en el siglo XIX, no ha tenido avances desde 1910.

Actualmente es: siervo de Dios

En internet: www.capuchinos.cl/Elicura2.htm

Antes de hacerse cargo de tal responsabilidad, a los 31 años, decidió hacer los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. A raíz de ello decidió consagrarse al servicio de Dios y solicitó el ingreso a la Compañía de Jesús, lo cual le fue concedido en 1592.

Luego de varios años de estudios fue incorporado definitivamente el 12 de diciembre de 1599, con el grado de Coadjutor espiritual. Luego de una fallida expedición a la Misión de Los Chunchos, en Quito, fue enviado a Chile, como “misionero entre los naturales”.

El Padre Aranda es descrito como un hombre intrépido y de gran valor, con un profundo espíritu de oración, pobreza y sacrificio, que amaba entrañablemente a los indígenas.

Murió junto con Horacio de Bechi y Diego de Montalván en el Sitio de Elicura, el 14 de diciembre de 1612, al defender a María de Jorquera -esposa española del cacique Ancanmón- y a otras dos mujeres del cacique que habían huido. En el enfrentamiento también fallecieron los caciques Utablame, Tereulipe, Coñuerpanque, Caniumanque y Calbuñamcu.