Abriéndose paso

Era hijo de un zapatero analfabeto y alcohólico y de madre lavandera para quien el mayor anhelo era que su pequeño Soso (José) fuese cura, el único y esperanzador camino para sacarlo de la miseria del hogar.

El padre, Vassarion, escapó de la dura vida campesina de su villorrio natal Didi-Lilo, huyendo a Georgia, entre el Mar Negro y las montañas del Cáucaso. Llegó a la aldea de Gori en donde se casó con Ekarina Georvievna, de escasos 15 años. Nada más comenzar, el matrimonio fue un infierno.

Vassarion gastaba su salario en la taberna y no sintió remordimiento por la pérdida de sus tres primeros hijos. Allí, en una mísera choza, nació el 21 de diciembre de 1879 Josif Vissarionovich Dzugasvili, el futuro amo de la Unión Soviética y del comunismo internacional.

Nada más nacer, el pequeño José - junto a su madre- fue víctima de las palizas provocadas por las borracheras de su progenitor. Recién al morir Vissarion, en 1890, Ekaterina pudo llevar a su hijo a una escuela religiosa de Gori.

Las súplicas de la madre fueron decisivas para que los maestros se apiadaran y le dieran a José, de 15 años, una beca en el Seminario Teológico de Tiflis. Lo cierto es que este postulante al sacerdocio tenía poco interés por los estudios y tampoco soportaba la disciplina que se le imponía en el nuevo colegio.

Sin embargo, en su fuero interno sabía que se hallaba ante una oportunidad para escalar posiciones sociales y dejar atrás la pobreza.

De noche, trepaba las murallas y saltaba a la calle para reunirse con rebeldes y vagabundos entre los cuales destacó por su carácter fuerte y arrogante que le valió la fama de caudillo.

Fue entonces cuando conoció al núcleo de marxistas de Tiflis que dirigía Noé Jordania, fundador del diario "Kvali" ("El Surco") de los intelectuales georgianos. Este grupo de escritores comenzó a utilizar al joven estudiante, al que le entregaban literatura y panfletos doctrinarios para ingresarlos clandestinamente al seminario.