Por otra parte, es indudable que una visión femenina puede significar distintos énfasis en diversas áreas de las políticas públicas. En salud, quizá habrá una mayor preocupación por prevenir la osteoporosis. En educación ojalá haya un incentivo a que las mujeres se dediquen a la ciencia. En Justicia quizá logremos más Ministras en la Corte Suprema y más hombres en tribunales de familia. En Trabajo una mayor preocupación por la equiparidad de salarios entre trabajadores y trabajadoras. En Previsión quizá eliminemos diversas injusticias que afectan a las mujeres y ojalá abordemos el problema de las temporeras.
Creo que los hombres no han dimensionado el cansancio de las mujeres, ni han percibido que no están dispuestas a seguir sufriendo resignadamente postergaciones injustificadas. Las empresas, las universidades, los partidos, las organizaciones que sepan acoger y canalizar estas aspiraciones, van a tener la oportunidad de gozar de importantes ventajas competitivas. Los demás se desgastarán en dar explicaciones.