NUEVA YORK/SANTIAGO.- Jared Kushner es joven y no tiene experiencia en política, pero en el clan Trump, la familia pesa. El yerno del Presidente electo se ha convertido poco a poco en uno de sus hombres clave y este lunes fue nombrado por el mismo magnate como asesor senior de la Casa Blanca.
Joven empresario de 35 años, está casado con Ivanka, la hija mayor de Donald Trump y consentida del magnate. Su aspecto de niño bueno, mucho dinero y fama de persona amable y reservada, le han valido adentrarse en la familia del rubio multimillonario, pero para muchos, su ambición es lo que lo ha lanzado a lo más alto del clan.
Yerno ideal
Kushner ha sido capaz de imponer muchas de sus opiniones en el equipo de su suegro. Se ha convertido en la voz que susurra en el oído de Trump, en su "jefe de campaña de facto", según avisaba ya hace unos meses The New York Times, y en el encargado de tender puentes entre distintas facciones dentro y fuera de la campaña.
Paradójicamente, sobre el papel, la campaña que llevó al magnate a la Presidencia choca con la personalidad y la biografía de su yerno. Como su suegro, Kushner debe su fortuna al negocio inmobiliario y entró a él por herencia paterna. También es editor y desarrollador inmobiliario. Es dueño de un rascacielos a pocas cuadras de la Torre Trump en Manhattan, Nueva York, en plena Quinta Avenida, y en 2006, con sólo 25 años, compró el periódico New York Observer.
Algo que lo diferencia de Trump es su alejada amistad con los focos y el espectáculo. Mientras el próximo Mandatario fue rostro de televisión, Kushner siempre se mantuvo detrás de cámaras y con un bajo perfil. Pero su silencio durante el periodo electoral lo rompió con una carta publicada en el New York Observer -medio del que es propietario- defendiendo al magnate neoyorquino después de que este compartiera en Twitter un montaje de Hillary Clinton con una estrella de David y fajos de billetes para acusarla de corrupción.
A Trump le llovieron las acusaciones de antisemita y su yerno -judío practicante, nieto de sobrevivientes del Holocausto y cuya mujer se convirtió al judaísmo antes de casarse- no dudó en salir en su apoyo para tratar de enderezar una campaña que desde el principio contó con las simpatías de la extrema derecha. Allí fue cuando consolidó su posición a la mano derecha de quién se convertiría en uno de los hombres más polémicos del último tiempo.
Su influencia
Para muchos, Kushner fue el arma secreta de la campaña de Trump. Desde una de las múltiples oficinas de la campaña del empresario en Texas, creó el sistema que maximizó los esfuerzos en redes sociales, moderó el gasto de propaganda en los medios tradicionales, gran parte de ellos opositores, y por medio de geolocalización de veinte tipos de votantes hizo mensajes a medida que garantizaron los estados clave.
Hijo del magnate inmobiliario Charles Kushner, Jared proviene de una familia adinerada, más bien liberal, con estudios en universidades como Harvard y con claros vínculos con el Partido Demócrata. Se hizo cargo de los negocios de su padre después de que éste fuera a la cárcel por evasión fiscal, represalias contra testigos y contribuciones ilegales a campañas políticas.
El fiscal que llevó a Kushner padre a prisión fue el ahora gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quien también fue colaborador cercano de Trump durante la campaña electoral y quien tras las elecciones fue reemplazado como jefe del equipo de transición, quedando relegado a un papel secundario.
Según varios medios estadounidenses, Kushner sería quien habría maniobrado para, a modo de venganza, dejar de lado a Christie, que también se ha visto envuelto en un escándalo local en el que este mes dos subordinados suyos fueron condenados. Muchas fuentes apuntan a Kushner también como el gran responsable de la destitución de Corey Lewandowski como jefe de campaña de Trump y de varios de los nombramientos en el círculo más cercano del Presidente electo.
"Presumo que estará en la Casa Blanca durante toda la presidencia. Durante los próximos cuatro u ocho años, Jared será una voz fuerte, acaso la más fuerte después de la del vicepresidente", sostuvo el multimillonario Rupert Murdoch, amigo de Kushner poco antes de que éste fuera nombrado en la Casa Blanca.
A pesar de su futuro prometedor tras el hombro de Trump, Jared y su suegro hoy enfrentan acusaciones de nepotismo que podrían complicar su ascenso en la residencia presidencial, pero que de todas formas, no amenaza su asiento garantizado en núcleo más cercano del próximo líder de una de las principales potencias del mundo.