SANTIAGO.- La carrera delictual de Leonardo Azagra Valdivia (25), el reo de Colina II que escapó de forma cinematográfica desde el tribunal de Garantía de San Bernardo el lunes pasado, comenzó a los 15 años con un hurto en un supermercado de esa misma comuna.
Ese periplo, que incluyó delitos como robo por sorpresa, hurto e infracción a la Ley de Drogas, lo terminó llevando a cumplir una pena efectiva de cárcel en Graneros, luego de violar a una menor de edad en Pichilemu, en el año 2009.
Pero, su sentencia se vio interrumpida, no por los tribunales de Justicia, sino que por la naturaleza. Azagra es uno de los decenas de presos, que escaparon de los diferentes recintos penales aprovechándose del caos que se vivió en la noche del 27 de febrero de 2010, cuando ocurrió el terremoto y tsunami.
Según lo informado a Emol, el peligroso delincuente que hirió a un gendarme y tomó de rehén a un juez para escapar, logró evadir a los efectivos policiales que buscaban a los prófugos.
Eso, hasta mayo, cuando fue detenido acusado de un nuevo caso de violación, delito por el cual fue sobreseído por falta de pruebas.
Un años después cometió el crimen de la joven Sixta Muñoz (19), ocurrido el 25 de diciembre de 2011, en Buin.
Tras esto, fue capturado en la ciudad de Temuco, hasta donde llegó tras amenazar a su familia con quitarse la vida delante de ellos si no le daban dinero para escapar.
Regresó a prisión luego de ser condenado a la pena de 10 años de presidio por el crimen de Sixta Muñoz, siendo enviado esta vez a Colina II, donde se mantuvo hasta el lunes, cuando protagonizó uno de los escapes más audaces y violentos de los últimos años.
Aún se mantiene prófugo, pero es intensamente buscado por el equipo especial creado por la Dirección de Investigación Criminal de Carabineros (Dincar).