Ayer los porteños realizaron una autoevacuación hacia los cerros.
Aton
SANTIAGO.- El último sismo 6,9 Richter ocurrido ayer con epicentro en Valparaíso, demostró nuevamente cómo la población ya sabe cómo actuar frente a estas emergencias, de hecho en la Quinta Región se generó una autoevacuación hacia los cerros, minutos antes de que la declarara la autoridad.
Asimismo el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) junto con la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) también tuvieron una acción inmediata tras el movimiento telúrico.
Sin embargo, este tipo de reacción efectiva no suele repetirse frente a otras emergencias ¿Por qué?
"Chile y particularmente las últimas generaciones de chilenos, hemos vivido recurrentes terremotos y tsunamis que nos han hecho entender lo peligroso que puede ser, no el terremoto, pero sí su efecto colateral en el borde costero", aseguró el geógrafo,
Marcelo Lagos.
El académico planteó que por ejemplo este tipo de conductas no se vio en 1985, ya que el último sismo de importancia anterior fue el de 1960, por lo que "no había conciencia de la peligrosidad".
Con él coincide la urbanista especialista en resiliencia y directora del Centro de Innovación en Ciudades de la Universidad del Desarrollo,
Francisca Astaburuaga.
"Nosotros nos enfrentamos a terremotos hace cientos de años y desde momentos que nuestras aglomeraciones urbanas eran pequeñas y de alguna manera las otras catástrofes sucedían más bien fuera de la ciudad. Dentro de la ciudad se caían los edificios, efectivamente, pero las inundaciones ocurrían afuera de la ciudad, igual que la erosión en masa o los aluviones, entonces eran temas que tenían que ver más con el manejo agrícola o del territorio, pero no eran emergencias que afectaran directamente a las vidas humanas", apuntó.
Así establece que "por ejemplo crecimos hacia las montañas y nos encontramos con problemas como los aluviones y deslizamientos de tierra. Crecimos sobre los terrenos agrícola que eran de riesgo y nos empezamos a topar con las siembras, las inundaciones, el tratamiento de las napas subterráneas".
"El riesgo hoy es el terremoto, el tsunami. Pero no hablamos del riesgo con ciudades mal planificadas e instaladas en el borde costero con altos niveles de exposición"
Marcelo Lagos
Ambos expertos plantean entonces que desde el Estado se debe comenzar a delinear la estrategia para el enfrentamiento de estos nuevos riesgos que son consecuencias de las decisiones de distribución de la población.
"La primera pregunta que hay que hacerse es ¿por qué tenemos gente expuesta y quién es el responsable de que tengamos gente expuesta?", puntualizó Marcelo Lagos.
Y añadió que "el paradigma que predomina hoy día, es preocuparnos del fenómenos físico: el riesgo hoy es el terremoto, el tsunami. Pero no hablamos del riesgo con ciudades mal planificadas e instaladas en el borde costero con altos niveles de exposición".
Astaburuaga en tanto sentenció que "como ciudades tenemos que empezar a planificar no solamente cómo queremos crecer en altura o cuánto espacio público queremos dejar, sino cómo esa cuidad es capaz de reaccionar y re acomodarse después de un gran evento catastrófico".