Como una "realidad contundente", calificó esta mañana el panel de expertos convocado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los resultados del Censo de Población y Vivienda 2024. Esa realidad, apunta a algo que las cifras vuelven a confirmar:
Chile está envejeciendo, y no sólo eso, es el país con la menor tasa global de fecundidad de Latinoamérica.
Las cifras mostraron que la población censada llegó a 18.480.432 personas, de las cuales un 51,5% son mujeres y 48,5%, hombres.
Pero uno de los datos más relevantes arrojó que la población de adultos mayores de 65 años llega a un 14%, equivalente a 2.587.238. Se trata de un grupo que va en aumento, considerando que en 2017, estos representaban el 11,4%.
Así, el índice de envejecimiento en Chile en 2024 muestra por cada 100 personas de 14 años o menos hay 79 personas de 65 años o más.
Otro dato importante, es que continúa la tendencia que se ha observado en las últimas décadas: la disminución del promedio de personas por hogar, pasando de cuatro personas por hogar en 1992 a 2,8 personas por hogar en 2024, (3,6 en 2002; 3,1 en 2017).
Aquí también se refuerza la "realidad contundente", y es que baja el porcentaje de hogares con al menos una persona menor de 14 años (de 54,3% en 2002; 39,9% en 2017), y aumenta el porcentaje de hogares conformado solo por personas de 65 años o más de 4,3% en 1992 a 11,6% en 2024 (6% en 2002; 9,2% en 2017).
"Envejecimiento de la fuerza laboral"
"Esta información nos confirma una realidad contundente: somos sociedades que estamos envejeciendo. Eso es gracias a que logramos vivir más, a que hemos reducido las muertes evitables de niños, niñas, y las madres, y también hemos dados avances significativos en materia de derechos sexuales y reproductivos. Un claro ejemplo es la reducción de embarazo adolescente, donde Chile también destaca, con la tasa más baja en la región", comentó Fabiana del Popolo -jefa del Área de Demografía e Información sobre Población de CELADE-CEPAL.
Este escenario, por cierto, abre una serie de desafíos y áreas clave a observar, como "
lo que está pasando con el envejecimiento de la fuerza del trabajo, con el predominio -principalmente de mujeres-, que personas que viven más allá de los 80 años. Es importante para políticas relativas a envejecimiento saludable, políticas integrales de cuidados".
Al mirar con mayor detalle, por ejemplo, las zonas que presentan un mayor índice de envejecimiento (Valparaíso, Ñuble, Los Ríos, Magallanes, Biobío, Maule, O'Higgins y La Araucanía), la experta apuntó a que es clave ponderar "cuánto de ese envejecimiento tiene que ver con una baja fecundidad, o con una migración -a otras regiones- de personas con edad de trabajar".
Desde el aporte que puede hacer la academia, además, Del Popolo advirtió que Chile "no cuenta con formación en Demografía como otros países desarrollados de la región, como Argentina, Brasil y México".
Políticas de cuidados
Respecto a los desafíos en materia de políticas de cuidado de adultos mayores, el ministro de Economía, Nicolás Grau, comentó que "cuando uno ve el tamaño de los hogares, el envejecimiento de población, y si eso lo combinamos con otros datos, como la encuesta de uso del tiempo, que permite identificar quiénes hacen las labores de cuidado, principalmente mujeres (...) uno ve que los temas de cuidado van a ser cada vez más importantes, y que están sobrecargados a las mujeres".
"Eso refuerza la agenda nacional de cuidados que está impulsando el Gobierno, tanto desde el Ministerio de la Mujer como el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, y que hace muy poco hemos visto avances en materia legislativa. Tiene que ver con el reconocimiento, y cómo de a poco, ojalá más rápido que lento, compartiendo las distintas labores en los hogares y ojalá también en la sociedad".
"Repensar las políticas de vivienda"
Quien también abordó los resultados fue Paulina Valenzuela, socia fundadora de Datavoz, quien comentó que, a su juicio, "uno de los datos más significativos del Censo 2024 es cómo ha cambiado la estructura de los hogares en los últimos 30 años. Pasamos de un 8,3% a un 21,8% de hogares unipersonales, y eso se cruza directamente con el aumento de hogares conformados exclusivamente por personas mayores. Es el reflejo de una población que envejece, muchas veces sola, y eso debe ser una alerta para las políticas públicas, especialmente en pensiones y cuidados", señaló.
A su juicio, estos datos no solo reflejan un fenómeno demográfico, sino que exigen repensar las políticas urbanas y de vivienda: "el aumento de hogares unipersonales y de adultos mayores también obliga a repensar cómo diseñamos las ciudades y las políticas de vivienda. No es solo que haya más personas mayores, sino que muchas de ellas viven solas".
"Eso plantea preguntas urgentes sobre aislamiento, cuidados, acceso a servicios, y cómo generamos redes que acompañen ese proceso de envejecimiento sin depender únicamente de la familia tradicional", subrayó.