Dos de los máximos cerebros de Pixar, John Lasseter y Lee Unkrich, decidieron cerrar la saga Toy Story con una tercera entrega, quince años después de haber estrenado el primer encuentro entre el vaquero Woody (Tom Hanks) y el héroe espacial Buzz Lightyear (Allen).
La última cinta de la trilogía se centra en el conflicto que atraviesan los juguetes al enterarse que su dueño, Andy, ingresará a la universidad para comenzar su vida como adulto. Los carismáticos protagonistas de la saga saben que deben enfrentar una nueva etapa alejados del joven con el que compartieron 17 años, pero esa tarea no es del todo fácil, pues son llevados a una guardería infantil llamada Sunnyside, en la que los niños no se preocupan por su bienestar.
Es así como Woody, Buzz y el resto de los ex juguetes de Andy planifican escapar del jardín para niños, iniciativa a la que se opone el líder de Sunnyside, el oso de peluche Lotso, una especie de "padrino" que maneja a todos los muñecos que residen en el lugar. El poder del antagonista es legitimado por una tropa de matones que defiende todas sus acciones, aún cuando sepan que es abusador.
La tercera y última entrega de Toy Story refuerza la principal característica de los guiones de Pixar: la creación de historias con temáticas complejas y personajes bien elaborados que enaltecen el cine para niños.