El aprendizaje continuo como cultura empresarial asoma como una de las habilidades clave que tendrán que contemplar los trabajadores del futuro. Expertos laborales destacan que las organizaciones que promuevan el upskilling (perfeccionar las habilidades actuales de un empleado) y reskilling (enseñar nuevas habilidades para que los colaboradores puedan asumir roles diferentes dentro de la organización) serán las que logren mantenerse vigentes y atraer al mejor talento.
Carla Aravena, directora de Soluciones de Capital Humano de la empresa de recursos humanos Adecco Chile, dice que “la formación continua es clave para una empresa ya que permite que los colaboradores y la misma empresa se mantenga actualizados en un entorno laboral que se vuelve cada vez más competitivos, donde existen cambios no solo en temas de tecnología, sino legales que deben ir alienados con la cultura de cada empresa”.
Pero ¿Cómo es posible implementar la formación continua en una Pyme donde los recursos, tiempo y equipos son más reducidos? Ese es uno de los desafíos más importantes que deben asumir las empresas hoy en día.
Según Aravena, el autoaprendizaje asoma como pilar fundamental en esta tarea. “La voluntad de aprender incentiva al crecimiento de las personas y por ende también de las empresas. Por otro lado, es fundamental que exista un mentor que pueda compartir conocimientos en la interna, así como un formador interno que pueda capacitar al resto de sus compañeros”, detalla.
Por otro lado, también explica que existen beneficios que no muchas Pymes utilizan, como los cursos que entrega Sence. “Es una oportunidad que ofrece el servicio nacional de capacitación y empleo donde tiene como objetivo contribuir a mejorar la productividad de los colaboradores y empresas, promoviendo el desarrollo económico y social”, comenta.
“Por desconocimiento de cómo utilizar o hacer efectivo este beneficio, muchas empresas pierden la oportunidad de acceder a esto. Las empresas que tributan en primera categoría del impuesto a la renta y que cumplen con los requisitos de planilla anual de remuneración imponible superior a 35 UTM pueden utilizar este beneficio”, añade.
Luis Valenzuela, director del Centro de Emprendimiento e Innovación (CEI) de la Universidad Autónoma, complementa esta respuesta al enfatizar que actualmente existen “múltiples modalidades de formación que no requieren un gran presupuesto”.
“Una estrategia flexible y de gran utilidad es el ‘micro aprendizaje’, una metodología de enseñanza que se basa en la fragmentación de los contenidos para que sea más fácil de asimilar la información por parte de los participantes, y del cual la Pyme puede ir armando su propia ‘malla curricular’ de cursos en función de sus requerimientos. Importante que estos esfuerzos sean canalizados internamente e implementados en la práctica al término del proceso de formación”.
Otras formas de aprovechar los recursos disponibles para la formación continua de los colaboradores son los cursos en línea gratuitos o de bajo costo; cursos impartidos por centros educacionales que generalmente son más accesibles y acceder a webinars y conferencias que no impliquen desembolsos.
Cómo identificar que capacitación necesita mi Pyme
Antes de definir el método de capacitación, las Pymes también deben identificar en qué áreas se necesita una mayor preparación de sus colaboradores. Para esto, es importante evaluar la situación actual de la empresa, los desafíos y también cómo se encuentran los trabajadores.
“Acciones como analizar indicadores de rendimiento, productividad, venta, entre otros, nos ayuda a identificar dónde debemos invertir. Por otro lado, es importante hacer un levantamiento con las mismas personas que componen la empresa para detectar brechas en cuanto a habilidades en los equipos, en las personas y jefaturas. Es importante priorizar para utilizar bien los recursos que existan disponibles”, dice Carla Aravena de Adecco Chile.
Luis Valenzuela, en tanto, explica que es relevante reunir y preguntar al equipo cuáles son sus requerimientos actuales de formación (qué es lo que necesitan) y saber cuáles son los procesos que actualmente generan incertidumbre dentro de la empresa.
Con esos datos, es posible “analizar la oferta de formación más atingente a los requerimientos propuestos por el equipo, considerando su implementación. A partir del calce entre la demanda y oferta de formación, se genera un clima organizacional más positivo y mejoras en productividad, lo que promueve la competitividad”, sostiene.
Los errores a evitar
Finalmente, los expertos llaman a evitar errores comunes en los que pueden incurrir las empresas al momento de capacitar a sus trabajadores.
Carla Aravena resalta que uno de los errores es no medir el impacto de estas capacitaciones. Además, “el capacitar de manera teórica sin generar una experiencia de capacitación no fomenta el aprendizaje de valor; y capacitar sin hacer un previo levantamiento de lo que realmente necesita el equipo nos hace perder recursos y tiempo”.
Para Valenzuela, el error más común que cometen las Pymes es “ingresar a planes de formación que no son atingentes a los requerimientos del equipo (“¿para qué?”), y del cual los participantes inician con bajo interés, sintiendo una obligación, más que un aprendizaje que beneficie tanto al trabajo diario como a la empresa y su productividad”.
