SANTIAGO.- La prensa de espectáculos estadounidense acostumbra con dar apodos a las diferentes parejas emblemáticas que engalanan la farándula hollywoodense. Así, nombres como "Bennifer" (por Ben Affleck y Jennifer Lopez); "Brangelina" (Brad Pitt y Angelina Jolie) o "Kimye" (Kim Kardashian y Kanye West) se han institucionalizado. Pero ahora ha surgido un nuevo nombre que tiene más que ver con la política y esta "nueva era" en EE.UU.: "Javanka".
No se trata de alguna princesa gitana, sino que del matrimonio que en estos últimos meses ha ganado poder político y se ha transformado en un factor clave en el Gobierno estadounidense: la hija del Presidente Donald Trump, Ivanka, y su marido, el empresario Jared Kushner.
Ambos vienen del mundo de los negocios impulsados por sus familias y llegaron a la campaña presidencial de Donald Trump ocupando roles estratégicos. Así, luego de ganar la elección, y pese a los cuestionamientos por presunto nepotismo, el Mandatario no dudó en llevarse a su hija y su yerno a la Casa Blanca.
Y las imágenes hablan por sí solas: la presencia de la pareja en las actividades del Presidente estadounidense es cada vez más recurrente, y esto quedó demostrado la noche del jueves 6 durante el bombardeo a Siria, instancia en la que Jared Kushner era uno de los miembros del "círculo de hierro" que observaban el operativo junto al jefe de Estado.
El rol de Kushner
"El único con el que hay que hablar es con Kushner. Él es el único capaz de puentear a todos los demás y llegar sin problemas directamente a Trump". Con estas palabras dadas al diario El Mundo, un jefe diplomático de uno de los aliados de Estados Unidos describe el poder de Kushner en la Casa Blanca.
Y esto ha quedado claro en las múltiples tareas que Trump le ha asignado a su yerno, que van desde la innovación hasta un rol en la política internacional que incluso ha opacado al secretario de Estado Rex Tillerson.
Jared Kushner, de 35 años, llegó a la Casa Blanca tras ocupar un rol fundamental en la última campaña presidencial. Así, y pese a las críticas que aseguraban que esto era puro nepotismo, este empresario se mantuvo en la sede del Gobierno con su papel de asesor presidencial y, poco a poco, tomando más funciones gracias a su suegro.
De este modo, a fines de marzo, Trump le encomendó a su yerno la dirección de la nueva Oficina de Innovación estadounidense, con la misión de conciliar la acción del Gobierno con el mundo empresarial.
Kushner, además, ha tomado un rol importante en materia internacional, destacando su visita a Irak y su trabajo como enviado especial para el conflicto árabe-israelí, considerando su línea directa con el Gobierno de Benjamin Netanyahu dada su ascendencia judía. Incluso, el propio Trump le dijo que "si tú no puedes llevar la paz a Medio Oriente, nadie puede".
Asimismo, es enviado especial para México y fue el encargado de coordinar la reciente visita a Estados Unidos del Presidente chino, Xi Jinping, dado su rol como enviado especial para China.
Ivanka se hace escuchar en la Casa Blanca
Ya se decía incluso antes del cambio de mando del 20 de enero: Ivanka Trump, la hija del Presidente, sería más que una "primera dama en las sombras" y ocuparía un papel trascendental en la Casa Blanca, y así fue.
Y esto quedó claro con su llegada al Ala Oeste de la Casa Blanca, donde se toman las decisiones importantes de la sede del Gobierno. Con esto, además, tiene acceso a información clasificada, por lo que es un apoyo constante a su padre.
Pero esto no queda ahí, ya que esta empresaria ha logrado consolidar su influencia poniendo a gente de su círculo cercano en puestos clave del Gobierno, como ocurrió con Dina Powell, asesora y mano derecha de Ivanka, en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Este nombramiento fue sorpresivo y bastante notorio, considerando que dejó afuera a Steve Bannon, consejero presidencial y brazo derecho de Donald Trump, que poco a poco ha ido perdiendo poder en Washington.
Pero Ivanka Trump no sólo ha sumado influencia en el Gobierno, sino que también ha visto números positivos en los negocios, gracias al aumento de un 61% de las ventas de su colección de ropa, generando 47,3 millones de dólares entre febrero de 2016 y enero de 2017.
Así, mientras el Gobierno de Donald Trump continúa con su plan de "hacer a Estados Unidos grande otra vez", su hija y su yerno siguen acumulando poder.