Derivado de lo anterior, para una relación sexual segura, las personas deben tener la capacidad de protegerse de las consecuencias no deseadas de una relación sexual y eso va mucho más allá de un eventual embarazo no deseado. También apunta a la necesidad de no adquirir enfermedades de transmisión sexual (ETS) cuestión que hace necesario que las personas puedan acceder a diferentes dispositivos de anticoncepción y protección.
La especialista señala que la persona que sostendrá una relación debe acercarse a un médico y consultar sobre los diferentes métodos anticonceptivos que existen en el mercado y determinar con él, el adecuado para cada uno. “En el caso del embarazo, una relación segura comprende la doble protección, es decir, anticonceptivo y preservativo”, explica.
En el caso de las ETS, se debe recurrir al preservativo como método más efectivo aunque no del todo por ciento eficaz. Si se trata de una relación estable o de pareja, ambos involucrados deben también compartir información sobre el tema y lo óptimo –señala Pamela Oyarzún- es que se sometan a exámenes biológicos.
En particular, para lo que dice relación con la transmisión del Virus Papiloma, se puede tomar una medida de prevención muy anterior al inicio de la vida sexual cual es la aplicación de una vacuna contra el virus (sólo algunos genotipos) en la preadolescencia o adolescencia.
La doctora Oyarzún hace una prevención en cuanto al uso del condón, por cuanto afirma que las personas requieren de una capacitación en el uso de preservativos porque cuando no se ha practicado se tiene altas probabilidad de que se fracase al momento de requerirlo.
Otro factor que se debe tener presente para una relación segura es el lugar donde se va a desarrollar, que no sólo debe ofrecer seguridad física a las personas (no estar en lugares expuestos a peligros como asaltos y otros), sino que debe entregar cierta seguridad emocional a los dos. Es decir, se debe tratar de un lugar que permita cierta tranquilidad de manera de poder desenvolverse en forma sana.
“Muchas veces, por no velar por el lugar adecuado para la relación sexual se da origen a disfunciones sexuales como la eyaculación precoz”, explica.
Finalmente, y no menos importante en una relación segura, es el manejo del alcohol y las drogas por cuanto la presencia de ellos afecta notoriamente la capacidad de consentir libremente el acto. Muchos estudios –explica Pamela Oyarzún- confirman que bajo la influencia del alcohol y/o las drogas es muy difícil que se dé ese consentimiento y además, generalmente, no se tiene capacidad para tomar medidas de protección anexa, como el necesario uso de un preservativo.