Derechos sexuales y reproductivos

 

El feminismo los llevó a su máxima expresión, pero la historia señala que los derechos sexuales y reproductivos irrumpieron en la agenda mundial al poco tiempo de entrar en vigencia  la Convención de Derechos Humanos en 1948.

 

El intenso debate en torno a ellos, donde confluyeron distintas visiones ideológicas, filosóficas y religiosas, hizo que recién en 1994 fuesen consagrados en una carta magna durante la Conferencia Mundial de Población y Desarrollo celebrada en El Cairo.

 

CastroEl ginecólogo René Castro, especialista en el tema, explicita que la sexualidad y la reproducción son dos dimensiones de la persona humana y de ahí que se reconozca el derecho de ella a resolver u optar en estos temas, es decir, tomar la decisión de tener o no vida sexual y, como consecuencia de ésta, de tener o no hijos.

 

El profesional señala que los derechos sexuales y reproductivos no son exclusivos ni excluyentes de las mujeres, a partir que se desprenden de un concepto superior, los derechos humanos y por ello, también son reconocidos para el hombre y deben ser aplicables en el contexto de las relaciones de pareja.

 

No obstante, reconoce que la tradición cultural ha centrado el tema de la reproducción, como si los hombres no participaran del acto. “Es obvio que la mujer no puede delegar ni el embarazo ni la lactancia, pero además se le endosa culturalmente la crianza, cuestión en la que el hombre puede intervenir”, señala Castro. En las últimas décadas, las perspectiva de género plantea la necesidad de compartir entre hombres y mujeres las responsabilidades que plantea el ejercicio de la sexualidad y la reproducción.

 

Por lo anterior, hoy el concepto de derechos sexuales y reproductivos engloba a ambos sexos buscando que el hombre asuma su sexualidad en forma responsable ya que su actuar afecta la vida de la mujer. “Ningún hombre se va a morir de un embarazo, quizás se va a morir de susto, pero debe ser responsable por todo lo que conlleva el proceso reproductivo para la salud de la mujer”, sentencia.

 

Y enfatiza: “los costos de la reproducción son mayores para las mujeres que para los hombres”.

 

 

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