Sexualidad en la menopausia
En la adultez, la mujer comienza a experimentar cambios fisiológicos y psicológicos relacionados con la disminución en la producción de estrógenos lo cual, que da paso al climaterio y posteriormente, la menopausia.
En este período se pueden hacen presente los bochornos, la sudoración, las palpitaciones, también hay una mayor irritabilidad, cambios de ánimo sin causa aparente, dificultad para concentrarse y de memoria, cefaleas, trastornos de sueño y aumento o disminución de la libido.
A esto se suman cambios somáticos como una disminución del tejido colágeno lo que hace que la piel pierda elasticidad, aumento de la pérdida de tejido óseo, cambios en la distribución de la grasa corporal y distintos grados de atrofia y sequedad vaginal.
Todos estos síntomas se pueden presentar de a uno, varios o no presentarse y la intensidad de ellos dependerá, en buena medida, de la autopercepción que tenga la mujer de si misma, de factores hereditarios, antecedentes médicos y de su autocuidado.
La ginecóloga Silvia Kauak explica que este proceso generalmente es paulatino, aunque en algunos casos se presenta en forma abrupta y se recomienda que la mujer consulte a un especialista para seguir algún tratamiento que logre aminorar los síntomas.
Ahora, claramente, muchas de las situaciones anteriores alteran en forma directa la sexualidad de la mujer. Los bochornos, las sudoraciones, la falta de la libido y sequedad de la vagina no son los acompañantes ideales del deseo sexual.
No obstante, en esta misma etapa, otros factores también confluyen y favorecen la sexualidad de la mujer como es la pérdida del temor al embarazo, que en algunas mujeres funciona muchas veces como barrera psicológica.
También, debido a la edad, generalmente, se empieza a vivir el síndrome de nido vacío, donde los hijos parten y ya no son tan dependientes, razón por la cual la pareja puede comenzar a experimentar mayores espacios de libertad e intimidad
Todo esto, dice Silvia Kauak, debe llevar a la pareja a reinventar y redescubrir su sexualidad. “La pareja puede seguir pasándolo bien porque la sexualidad tiene que ver más con lo afectivo que con lo meramente físico”, asegura.
