MIGRACIONES EN AMÉRICA LATINA - MÉXICO

De aquélla historia —en la que también estuvieron involucrados trabajadores migrantes colombianos, dominicanos y hondureños— en Querétaro queda una cicatriz que aún no cierra y que podría representar consecuencias graves para el mexicano. David Alejandro González Cruz, que dejará de caminar si no es operado. Necesita seis tornillos de platino y una operación en la columna vertebral que cuesta 100 mil pesos.

Gracias a Ana Isabel Mata, la mujer que sufrió el maltrato de su esposo Juan Gabriel en tierras lejanas, la caída de David Alejandro desde una altura de casi ocho metros quedó al descubierto. Le dieron casi un año de incapacidad, pero la empresa lo mantuvo en el área de trabajo lo más que pudo sin razón de ser. Algunos mexicanos, como Antonio Alcántara que fue entrevistado en el aeropuerto de la Isla Nassau, dijo que la Rav Bahamas quiso evitar a como diera lugar un escándalo.

Varios meses antes de que eso se supiera, el resquebrajamiento de la familia Martínez Mata comenzaba a causa de la migración de Juan Gabriel. La hija más pequeña, Ana Gabriela, que apenas cursaba la primaria, buscó como pudo un mapa para localizar las islas donde sería mandado su padre. Las miró tan pequeñas que pensó que correría el riesgo de caerse al agua. Él ya había tomado la decisión y había pedido la bendición de su madre que se oponía a la aventura. Eran las 9 de la mañana del sábado 10 de marzo cuando lo vieron partir el llano con su maletita, y su cuñado René Sergio Mata a un lado.

Juan Gabriel llegó un lunes a Bimini y llamó a su mujer como a las tres de la tarde.