MIGRACIONES EN AMÉRICA LATINA - MÉXICO
Alejandro Suverza/enviado especial
GDA/El Universal/México
Pedro Escobedo, Qro.- En marzo pasado, hace exactamente un año, Ana Isabel Mata y su esposo, el repartidor de tortillas Juan Gabriel Martínez, tocaron a la puerta de una mujer que por aquellos días manejaba la esperanza entre sus manos y la usaba de manera engañosa para atraer aspirantes y contratarlos un año de trabajo en una isla lejana y desconocida.
Ana Isabel, quería escuchar con sus propios oídos lo que su esposo le había contado entusiasta horas antes con los sueños envueltos en las cifras de 450 dólares o 500 como salario semanal. Se le hacía muy bonito como para ser realidad. Así que cuando tocaron la puerta les abrió una mujer de nombre Leonarda Olvera Torres.
—Contigo, ya tengo dos. Nos faltan otros cuatro porque tengo que enviar grupos de seis. ¿Qué eres?,—–le preguntó con firmeza.
—Albañil, respondió Juan Gabriel. —A los albañiles les están pagando 20 mil pesos cada mes —. Le respondió.
La mujer les mostró, incluso, una serie de fotografías en las que aparecían trabajadores comiendo alrededor de una hoguera y trabajando frente al mar. Aquel intercambio de frases y las imágenes resultaron de ensueño. “Mi señor se emocionó”, aun recuerda Ana Isabel.
Parecía que aquello les resolvía la vida. Recientemente, el matrimonio había adquirido una deuda de 80 mil pesos para comprar un terreno a las afueras del municipio de Pedro Escobedo, como a 45 minutos de la capital de Querétaro, localizada a más de tres horas de la Ciudad de México.