Antes de comenzar, el Universo anuncia que regalará estrellas a quienes tuvieron la valentía de atravesar el 2019 (¡Aplausos!). Y también aclara que la oficina de reclamos por lo vivido está cerrada, que lo siente, pero solo permanecerá abierta la puerta que dice: "Viviré con mayor conciencia el 2020". Y que todo quien la cruce encontrará grandes satisfacciones.

Respiremos. Porque, como lo advertimos en 2018, el Universo es muy generoso. Nos mandó tres años seguidos de gran crecimiento. Y este 2020 es el último eslabón de este poderoso ciclo. Lo único que no aclaró es que se trataba de crecer interiormente, lo cual suele implicar dolor, asumir la realidad tal como es, encontrar mayor sentido de vida y hacer cambios notorios. Je. Así son sus juegos y enseñanzas.

Por tanto, lo sepamos o no, por voluntad u obligados, estamos más grandes y este año nos invita a poner en práctica lo aprendido (entre otras cosas mayor madurez, humor ante nosotros mismos y gran flexibilidad). El más feliz con tomarnos la lección es el chispeante Júpiter, recién llegado a las tierras de Capricornio donde montará un verdadero parque de diversiones, puesto que se quedará casi todo el año y lo que hará no es menor: destapar verdades muy concretas de grandes conglomerados, autoridades, el patriarcado, bolsas de valores, monopolios, sindicatos, jueces. Nos regalará, además, hallazgos arqueológicos y mineros, una revalorización de la tercera y cuarta edad, junto a avances médicos notables. Se abrirá también una mirada más profunda del trabajo y sus condiciones en el planeta.



Júpiter vendrá a despeinar e iluminar la seria energía capricorniana y la de sus inquietos amigos Aries, Cáncer y Libra. Pero antes nos hará a todos varias preguntas en torno a cómo manejamos la ambición, el dinero y sus instituciones, el tiempo, el orden, la disciplina; y no aceptará justificaciones sobre nuestros errores o trampas, sino que nos animará a desprendernos de estos y a resolver ya. A cambio promete enseñarnos a manejar una de sus preciadas artes: La prosperidad. Eso sí, en sus clases los miedos, los apegos y la avaricia no serán admitidos.

Y como a Júpiter le gusta la buena vida, pondrá el banquete para la fiesta que tendremos desde el 12 de enero cuando se encuentren a celebrar los colosos Saturno y Plutón en la denominada 'gran conjunción', más conocida ahora como: "Desapego On" o "Fiesta de la incertidumbre", que no ocurre desde 1982-1983 y es la primera de este siglo. Las pistas más bailadas (con Piscis de DJ) serán "Recesión", "Desplome del sistema" y "Nueva humanidad en proceso", con ritmo electrónico muy innovador.

Esta celebración galáctica no parará hasta julio, pues se unirán Marte y las diosas Palas y Ceres en el camino. Es decir, los primeros siete meses del año son un gran ejercicio de (anotemos): aceptación, soltar lo que es dañino en nuestras vidas, austeridad sí o sí, diseñar con tranquilidad nuevas estructuras para vivir individual y colectivamente, cuidado de tierras y aguas, ir lento sin estancarse, observar antes de reaccionar. Amén.

Chile seguirá eclipsado

Por si nos faltara estímulo para hacer cambios producto del gran eclipse del año anterior (recién estamos reponiéndonos de la inusitada vorágine que trajo el último trimestre 2019 y que nos tendrá por largo rato a la vanguardia de un proceso de transformación planetaria), el cielo vuelve a 'premiar' a Chile y a todo el Cono Sur con un eclipse total de Sol en diciembre de 2020, cuyas repercusiones pueden ser fuertes en los seis meses posteriores. Pero antes, tendremos eclipses de Luna y de Sol en enero, junio, julio y noviembre para todo el planeta, meses en los cuales pueden agitarse pueblos e instituciones.

Este 2020 es intenso y drástico; no aceptará medias tintas en nosotros y tendrá protagonistas polémicos. Eso anuncia la diosa Lilith, que dejará las aguas de Piscis, desde donde contagió por el mundo un feminismo más creativo y profundo, pero que desde fines de enero y hasta octubre se instalará en Aries, donde puede adquirir acciones más airadas en que se involucren ciertos líderes. Lo mismo dice Urano en Tauro, quien señala: tengan ojo con el petróleo, los volcanes, la banca, las monedas, lo agropecuario, lo inmobiliario, el clima, la ecología, los avances tecnológicos y las redes; porque toda práctica antigua (de baja conciencia; incluidos los 'tráficos' de distinta índole) será puesta en evidencia para sincerarse y rectificar.

¿Tendremos respiro este año? Marte –con sus guantes de box– dice con ganas que no, porque él hará su movimiento de retrogradación en su propio signo de fuego: Aries, entre septiembre y noviembre, pero realmente estará todo el segundo semestre en este impaciente signo. Desde ahí nos mostrará si manejamos bien, mal o pésimo la agresividad, la iniciativa y el impulso por abrirse camino. Se recomienda para todos los signos litros de melisa o manzanilla y hacer deportes para descargar stress. Más de alguna figura masculina, uniformada, deportista o joven pueden hacer noticia alrededor de estos meses.

Pero Venus, la diosa del amor y la belleza anuncia que cuando ella retrograde en Géminis, entre mayo y junio, nos ayudará a comunicarnos con más armonía, a valorar los vínculos que tenemos, a tomar decisiones más equilibradas y a mirar nueva perspectiva temas de dinero. Ella junto a su amigo Neptuno, que está sumergido en Piscis, y animados por el Nodo norte, que a mediados de año también llegará Géminis, nos proponen un punto de inflexión al inicio del segundo semestre, con más comprensión hacia la vida y los demás, con una comunicación abierta a escuchar y con mayor capacidad de relacionarnos como iguales en vez de pararnos desde la superioridad o inferioridad. ¿Haremos caso?

Como sea, comenzamos un año muy desafiante, que nos recordará la fragilidad y el poder humanos como factores que caminan juntos; que nos permitirá construir con más honestidad, que nos hará palpar eso de estar conectados y nos instará a valorar la Tierra. Seremos protagonistas del alumbramiento de un incipiente 'nuevo mundo', más verdadero, que está en plenos dolores de parto y necesitará nuestra ayuda para terminar de nacer. ¡Feliz 2020, un tiempo extraordinario!