El
Mercurio en Pakistán
Periodistán
Viernes
5 de Octubre de 2001
Pablo Soto, enviado especial Islamabad,
Pakistán
La vorágine periodística que se vive aquí
es algo que cuesta contar con palabras. Existe una verdadera
fiebre por la noticia que tiene con la adrenalina a mil a
los cientos de periodistas que hemos llegado a esta capital
a cubrir la primera guerra del Siglo XXI.
La espera es tensa y el anunciado ataque de Estados Unidos
contra Afganistán demora en producirse. Los nervios
están a flor de piel y así se siente.
Algunos cálculos hablan de 500 periodistas, pero otros
elevan el número a 700. Lo que sí he podido
ver con certeza estos días, por la cantidad de idiomas
que aquí se hablan, es que la idea que se tuvo en algún
momento de crear una lengua única para todo el mundo
no era tan descabellada. Incluso era necesaria.
Aquí compiten por la noticia rusos, estadounidenses,
japoneses, argentinos, libaneses,... Podría seguir
y llenar la bitácora con todas las nacionalidades.
Chile, por supuesto, también está presente.
Los recursos desplegados por las grandes cadenas de televisión
son impresionantes. Según me comentan en el hotel Marriot,
centro neurálgico de la febril actividad periodística,
sólo la cadena CNN tiene a un equipo de 42 personas,
lo que se puede multiplicar varias veces si se suman intérpretes,
choferes, y todo el personal que es necesario para prestar
apoyo logístico a una cobertura periodística
de esta magnitud.
La BBC de Londres no se queda atrás y los canales de
la televisión japonesa también se pasean a sus
anchas buscando noticias por las calles de Islamabad y las
ciudades fronterizas.
Una agencia de noticias rebautizó en forma irónica
a Pakistán hace unos días como Periodistán,
una idea que por lo que se ve acá es muy acertada.
Quizás quienes más han disfrutado de este torrente
de periodistas son las empresas hoteleras, que han visto copadas
sus capacidades a niveles jamás soñados ni en
sus cálculos más alegres.
Hay muchos periodistas acá. Nuestro canal ya
ha enviado a tres equipos y nos hemos ido rotando, me
dice un periodista ruso de un canal de televisión de
Moscú. El nuestro es un medio independiente,
afirma en forma irónica para referirse a los controles
sobre la prensa de su país.
Más allá conversan un periodista griego con
una filipina y unos franceses gastan su último cigarro
cruzando comentarios de la tensión actual. La mezcla
de acentos y palabras crea una especie de telón de
fondo que acompaña durante todo el día. Es lo
que se vive aquí en
Islamabad. La invitación está abierta:
Bienvenidos a Periodistán.
|