El
Mercurio en Pakistán
Una
ciudad sitiada
Miércoles
10 de Octubre de 2001
Pablo Soto, enviado especial Islamabad,
Pakistán
"No pictures" (no fotos) me gritó furioso un soldado paquistaní
cuando intenté tomar fotos de la intensa seguridad que se ha desplegado
en esta capital. Sin más, me ordenó retirarme y guardar
mi cámara para evitar problemas. Los puestos de control se han
multiplicado aquí y se han instalado sacos de arena a modo de barricadas
en lugares estratégicos de la ciudad. Como si fuera a estallar una guerra.
Los soldados patrullan las calles en gran número, en jeeps o camiones
dotados con ametralladoras de gran poder de fuego. El gobierno del Presidente
golpista Pervez Musharraf no quiere que nada lo sorprenda y extremo la seguridad
después del inicio de los ataques aliados contra Afganistán, que
continúan con fuerza día a día. Sabe que los líderes
religiosos, favorables a los Talibán y a Osama bin Laden, amenazaron con
una guerra civil por el apoyo que su gobierno dio a Estados Unidos en los ataques.
Los puestos de control con mayor número de soldados se ubican cerca
de edificios importantes de la administración como la Casa de la Presidencia.
En carpas o entre sacos de arena estos soldados permanecen vigilantes, semiocultos.
Los soldados se suman al ya numeroso contingente de policías que se
habían desplegado en los últimos días y que ahora, junto
a los militares, permanecen en grado de alerta máxima, a la espera de los
efectos que la guerra pueda causar aquí en Pakistán. |