Muchas enfermedades ya han sido dominadas en Chile; no así el cáncer, que es la segunda causa de muerte en el país y que, es probable que en algún momento de la vida le toque sufrirla a un familiar cercano o tal vez a nosotros mismos.
"Hasta hoy lo mejor es detectar muy a tiempo el cáncer, porque así podemos asegurar una curación muy cercana al cien por ciento. Para hacer el diagnóstico precoz, uno tiene que pensar concientemente en esto y buscar algunos métodos que permitan poder llegar a tiempo", señala el director médico de la Fundación Arturo López Pérez, Rubén Urrejola.
Aclara que para esta enfermedad no existe la prevención, sino sólo el diagnóstico precoz; es decir, no se puede evitar el cáncer, pero sí tratarlo lo antes posible para impedir que pase a mayores y provoque, en el peor de los casos, la muerte. El riesgo de cáncer aumenta después de los 40 años, así que es en esta edad donde deben empezar los exámenes periódicoss a no ser que se hayan presentado síntomas con anterioridad a esa edad.
El doctor Urrejola afirma que, en este momento, el cáncer que mata más mujeres en Chile es el de vesícula biliar: "Es muy difícil de diagnosticar, porque cuando da síntomas ya está muy avanzado y, en ese caso, el tratamiento no va a llevar a buen resultado". La existencia de una enfermedad vesicular como inflación crónica, cálculos o pólipos se asocia, en alguna medida, a este tipo de cáncer. "Por eso, es necesario diagnosticar cualquiera de estas patologías en forma precoz y para eso basta con una simple ecotomografía abdominal". En el caso que uno no tenga ningún síntoma, debe hacerse este examen por primera vez después de los 40 años y repetirlo cada dos años. El médico indica, además que es barato, no invasivo y muy simple.
"Si pensamos en el cáncer de mama, sabemos que la mamografía nos permite diagnosticar a tiempo cánceres cuando no son palpables, cuando están recién comenzando, porque hay imágenes que lo evidencian", indica. Estas son las microcalcificaciones, alguna alteración del tejido o un pequeño nódulo. El consejo es hacerse una mamografía al año, a partir de los 40 años, si es que no existen síntomas ni antecedentes familiares; en ese caso, se debe comenzar a los 30 años.
El cáncer del cuello del útero o cérvico uterino (CCU), que "horrorosamente se da cada vez con mayor insistencia en mujeres jóvenes, entre los 18 y los 22 años" está asociado al Virus Papiloma Humano. El VPH se transmite fundamentalmente por el contacto sexual y, por lo tanto, con mayor frecuencia en aquellas mujeres que inician precozmente su actividad sexual, que tienen más compañeros y/o que tienen sexo sin protección de condón. Todas las mujeres deben controlarse desde que inician su actividad sexual, asistiendo al ginecólogo o la matrona para que les realice un Papanicolau (PAP), idealmente, una vez al año durante toda su vida.