Las enfermedades al aparato digestivo son muy habituales en Chile.
El gastroenterólogo Julio García explica que éstas no son fáciles de diagnosticar y por esa razón es muy importante que el médico que recibe un paciente con síntomas como, por ejemplo, dolores abdominales no los deje pasar y averigüe un poco más, ya sea con exámenes o derivándolo a un especialista.
Ordenadas de acuerdo a su frecuencia y no a su gravedad, como explica el especialista éstas son:
1.- Trastornos funcionales del tubo digestivo: predominan en las mujeres y están siempre asociados a enfermedades del área neuropsiquiátrica como los trastornos de ánimo (depresiones de todo tipo) y los trastornos de ansiedad (ansiedad pura, crisis de pánico y trastornos obsesivocompulsivos).
Los que más se dan son, entre otros muchos, los espasmos gastroesofágicos, la dispepsia gástrica no ulcerosa y el sindrome de intestino irritable (SII).
El SII se presenta de tres maneras distintas -diarreico, constipado o alternado (con episodios diarreicos y constipados)- y tiene varias complicaciones extra digestivas, como el bruxismo; la fibromiolgia (espasmos y dolor en músculos del cuello y la espalda); la cefalea tensional, y la vejiga irritable.
2.- Enfermedades de la vesícula biliar: en la mujer predomina la colelitiacis (cálculos a la vesícula) y su principal complicación es el cáncer de vesícula, que hoy constituye la primera causa de muerte femenina en Chile; aparece después de los 50 años.
Los cálculos pueden permanecer por muchos años en la vesícula sin provocar dolor, por eso es probable que cuando las personas sientan las molestias, ya se hayan convertido en cáncer. Es una patología típica de nuestro país, porque en otros lugares del mundo, los cálculos se pueden observar y no existe la necesidad de operarlos inmediatamente como en Chile.
3.- Patologías ácidopépticas: la esofagitis por reflujo que produce la laringitis ácida; las gastritis erosivas y las úlceras gastroduodenales.
4.- Neoplasias o tumores digestivos: el más frecuente es el cáncer gástrico, seguido por el de colon, recto y ano; luego, el de esófago y finalmente el de vesícula y vías biliares. Existen también otros más extraños y poco frecuentes como el de páncreas, el hepático primario (hígado), los linfomas del tubo digestivo y los carcinoides.