5.- Enfermedades hepáticas: aumentando muy fuertemente en el país. Entre ellas están las hepatitis virales A, B y C; el daño hepático por medicamentos, drogas o alcohol (mucha gente que se automedica); la hepatitis autoinmune, y los trastornos colestácicos crónicos, entre los que destacan la cirrosis biliar primaria y la colangitis esclerosante que son de larga evolución, pero llevan a una falla hepática y, por lo tanto, la única manera de mejorarse es el trasplante hepático.
6.- Patología proctológicas (área anal): en este grupo están los hemorroides, tanto externos como internos, que padecen el 90% de la población adulta; las fisuras anales, que son las que duelen, y las fístulas perianales, que han ido disminuyendo gracias a la mejor higiene de las personas.
7.- Enfermedades autoinmunes del tubo digestivo: Colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn.
Según estudios mundiales, se ha detectado que la mejor relación precio-eficiencia en los exámenes para prevenir enfermedades está dada en primer lugar por la anamnesis (un interrogatorio completo sobre los antecedentes y síntomas del paciente) y el examen físico completo. "Con un interrogatorio bien hecho, el médico puede orientarse respecto a los riesgos que presenta el paciente, de acuerdo a su edad, antecedentes familiares y sus hábitos de vida", insiste García.
Desde los 15 a los 30 años, las enfermedades más frecuentes son las del área funcional, las acidopépticas y algunas hepatitis virales. Para diagnosticar en este rango etáreo, los exámenes básicos son el hemograma, el perfil bioquímico y una ecotomografía abdominal. Si no se presenta ninguna alteración en los resultados, debiera repetirse la batería de exámenes cada cinco años, salvo que existan síntomas que ameriten hacerlo antes.
Entre los 30 y los 40 años, a los exámenes anteriores debe agregarse un análisis de sangre oculta en deposiciones, pero ahora cada dos años. En la década siguiente, se suma una endoscopía digestiva alta cada cinco años; después de los 50, una colonoscopía total, también cada cinco años. El set de análisis total debiera seguir por el resto de la vida.
Los 40 años marcan el límite en que las personas deben empezar a controlarse regularmente, pues es cuando comienzan a aparecer en forma seria las patologías neoplásicas o tumores y las enfermedades más complejas. El doctor García señala que ello se debe a que los tumores requieren un tiempo para desarrollarse y ello depende de fenómenos ambientales, de la alimentación y del cigarrillo, entre otras.