Tratamientos
Pedro Escudero indica que las disfunciones sexuales femeninas han disminuido en las últimas décadas debido, quizás, a la apertura que expresa la sociedad frente a estos temas, a que han dejado de ser tabú y que la educación es menos restrictiva.
Las disfunciones relativas y secundarias tienen frecuentemente adjunto un elemento físico involucrado que es fácil de distinguir y, por lo tanto, de tratar como sería el caso de una infección.
En cambio, las disfunciones primarias y absolutas requieren de tratamiento psicológico y de capacitación ginecológica como enseñar a las mujeres a relajar la vagina. Precisamente, por lo anterior, en algunos casos se necesita que sea la pareja la que concurra a la terapia, pues ello permite al hombre una mayor comprensión del problema como también una habilitación en el caso de que exprese una falta de manejo sexual.
Los ansiolíticos destinados a controlar la angustia de la mujer, generalmente, no se utilizan porque producen un efecto relativamente anestésico en la zona de la vagina lo que retarda el orgasmo. “Tienen un efecto contraproducente en términos de sensibilidad al igual que el alcohol”, dice el especialista. Además, afirma Escudero, no son la solución definitiva del problema, es más, tienden a esconderlo.