Además se está probando el rimonabant para estas terapias, aunque ya fue autorizado para el tratamiento del síndrome metabólico y de la obesidad. También está en prueba una vacuna contra la nicotina, que son anticuerpos que se unirían a ella para evitar que estimule a los receptores. "A diferencia de las vacunas tradicionales que son para la prevención, ésta no serviría mucho para que los jóvenes no fumen, sino se usaría para tratar a los fumadores y prevenir recaídas", explica.
En relación al tratamiento cognitivo conductual, Bello explica que primero hay una etapa de preparación tanto psicológica como física que dura alrededor de dos o tres semanas. En la parte física se debe aumentar el ejercicio, cambiar un poco el estilo de vida. Es muy difícil dejar de fumar si se sigue la misma rutina de siempre.
En la conductual, se enseñan distintas técnicas simples para ir desarraigando el consumo del tabaco de la vida cotidiana. "En esta etapa, se tratan de quebrar los automatismos. Si el café invita a fumar, tome té; si fuma apenas termina de comer, párese y salga a caminar; si el alcohol lo invita a fumar, evítalo", ejemplifica.
Es conveniente que el paciente anote todos sus hábitos; por ejemplo, a qué hora fuma, por qué y a qué lo asocia. Incluso puede ponerle nota a la sensación que le provoca. Así ya se empiezan a disminuir algunos cigarrillos de la rutina.
Después se fija "el día D", cuando hay que dejar de fumar por completo, y comienza la etapa más crítica de la terapia, porque vienen todos los síntomas del síndrome de privación; por ello, unos días antes, se debe comenzar a tomar el Bupropion.
El tratamiento consiste en sesiones semanales que pueden ser particulares o grupales -estas últimas, sin embargo, dan mejores resultados, por el apoyo del grupo-, por alrededor de dos meses. Luego se hace un seguimiento telefónico para ver si lo lograron, hasta cumplir un año de la terapia. Los resultados deben medirse en el tiempo, porque es mucha la gente que reincide.
"Hay que partir de la base de que la persona que va a hacer una terapia para dejar el tabaco está interesada, tiene motivación, y tomó la decisión por sí misma. Es la única manera de que sea capaz de esforzarse para lograr el objetivo. Es la lógica que tienen todos los tratamientos de adicciones, porque el tabaco es una droga más, la única diferencia es que es legal y de fácil adquisición, porque desde el punto de vista fisiológico genera los mismos mecanismos", insiste.
Respecto a otras terapias, Bello indica que la hipnosis es útil pero si se hace con un profesional experto en la materia. Categóricamente señala que no sirve la acupuntura, la terapia láser, "ni ninguno de esos otros negociados".