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En 1999, en Nueva
York, para el debut del esperado y decepcionante Episodio
1: La amenaza fantasma, le pregunté a Lucas,
en una conferencia de prensa, si sentía alguna
responsabilidad por los fans que acampaban fuera de
los cines esperando el estreno. "No", me
contestó. "I'd tell them to get a life"
(les diría que consigan una vida). Por supuesto
que agradecía el apoyo, pero no era responsable
por lo que hicieran sus fans. La decepción
más grande, la traición más alevosa
a los fans, en todo caso, ya la había perpetrado
en el guión de La amenaza fantasma, cuando
Liam Neeson explicaba que la fuerza la energía
que nos rodea, que mantiene el universo unido y de
donde un jedi saca su poder, según la explicación
original pronunciada por sir Alec Guinness, el actor
que hizo del viejo Obi Wan Kenobi radicaba en
una especie de glóbulos en la sangre llamados
"midiclorianos", que se podían medir
para ver si la fuerza era poderosa en alguien.
Más que el lado oscuro, ése era el lado
francamente malo.
Ahora, 2005, antes del estreno de Episodio 3: La venganza
del Sith, George Lucas acudió a una convención
de fanáticos en Indianápolis. Fueron
más de 30 mil personas las que pagaron 110
dólares por un pase de cuatro días.
Ahí, Lucas reconoció el aporte de los
fans a la construcción del éxito histórico
de la saga y, para regocijo de los asistentes, anunció
que Lucasfilms comenzaría a desarrollar series
de TV en acción real y en animación
en torno a personajes y conflictos secundarios. En
cuanto a películas, hasta aquí no más
llega. "La saga comienza con Darth Vader como
un niño chico y termina con su muerte; no sé
adónde más podría llevarlo",
comentó en las entrevistas promocionales de
Episodio 3. Su propia saga comenzó con una
película que suscitaba las burlas de sus intelectuales
congéneres y amigos (como Brian de Palma y
Francis Ford Coppola) y los rechazos de dos grandes
estudios, hasta que un ejecutivo de la 20th Century
Fox, Alan Ladd Jr., apostó por él. Y
termina 3 mil 400 millones de dólares (por
ganancias de las películas) y más 9
mil millones (merchandising) después, con el
protagonista como único dueño de una
compañía cuyas ganancias anuales se
estiman en los mil millones de dólares.
Con razón declaró, al anunciar que se
dedicaría a proyectos chicos, que se había
"comprado el derecho a fracasar".
Lucas ha aconsejado a los padres que tengan en cuenta
que La venganza del Sith es mucho más oscura
que las
otras partes de la saga, de manera que decidan si
sus hijos pueden o no ver la película. Confirmando
sus anuncios, en EE.UU. la película fue calificada
como no apta para menores de 13 años (en Chile,
en todo caso, quedó para todo espectador).
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