Entre pantallas verdes (esenciales para los fondos creados por computadoras), marcas en el suelo y mucha imaginación por parte de los actores, Lucas creó un entorno controlado sólo por él. Ajeno al escepticismo y sin bromitas pesadas. Y, de paso, levantó una nueva forma de hacer cine masivo: una fusión entre animación - digital en su caso- y actores reales con ecos en el cine de vanguardia de los 60. "Es realmente todo un reto interactuar con alguien que no existe y que debes imaginar", ha comentado Natalie Portman, la princesa Amidala en "La venganza de los Sith", acerca del método Lucas: moverse a través de rayas en el suelo, imaginar que una muralla verde es un palacio y que uno le habla a alguien cuando en verdad tiene la inmensidad del vacío enfrente.

Hace unos años en Sydney, cuando se filmaba "El ataque de los clones", Lucas recibió en el set al director Peter Jackson, quien también filmaba en Australia su trilogía, también repleta de efectos especiales y fondos verdes, "El señor de los anillos". "Cuando era niño y miré 'Star wars', se me amplió la perspectiva", recordaba Jackson, fanático de Lucas, y lo primero que notó en el set señoreado por su héroe fue el tamaño del monitor donde veía cómo iba el rodaje.

"Yo generalmente uso una pantalla de video de 12 pulgadas para chequear el rodaje, mientras que Lucas tenía una pantalla de plasma de ¡42 pulgadas!", recordó Jackson sobre el encuentro con su mentor ideológico. Y así es con Lucas: el tamaño sí importa y la fuerza de su imperio se fue haciendo más grande en cada episodiol. De hecho, en "La venganza de los Sith" hay una cifra récord de 2.200 efectos visuales (en la primera entrega de "Star Wars" se usaron apenas 300), más de 500 atuendos diseñados para el filme, y un abultado presupuesto de US$ 115 millones, sin contar los US$95 millones usados en publicidad.

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