Una de las pistas de audio de "21-87" (título citado en "Star wars": la celda 2187 es donde está capturada Leia) contenía una charla entre el pionero de inteligencia artificial, Warren S. McCulloch, y el "inventor" del Imax, Roman Kroitor. Hablaban acerca de la "fuerza" que rodea a los seres vivos y muchos han visto acá el origen de la "fuerza" metafísica de sus dos trilogías. Esa que hace que los jedis y los sith muevan cosas con el pensamiento, peleen como seres sobrenaturales y se muevan entre lado y claro de la fuerza. Entre el bien y el mal.

"Lo que aparece en mis películas tiene un eco de esa frase de '21-87"', ha dicho el director.

"Vader, levántate". "El héroe de las mil caras", del historiador Joseph Campbell y un estudio acerca de los mitos y héroes, fue una de las fuentes que ocupó Lucas para crear su ahora finalizada saga. Bueno, eso fue en 1962 y en los primeros años de este siglo, Lucas pasó otra vez de la teoría a la práctica en el episodio más esperado: la transformación de Anakin Skywalker (Hayden Christensen) en Lord Darth Vader. "Las razones tras las decisiones de Anakin están muy bien plantadas en la realidad", dice Christensen sobre su personaje. Y sobre él mismo, como actor fanático de la saga, ha dicho que una de sus fantasías recurrentes era usar "el traje". El traje de Vader. "Tuve que aumentar cerca de 10 kilos de masa muscular para lograr llenar el traje".

Y cuando por primera vez se puso las prendas de Vader, con máscara incluida, se produjo un sacro silencio en los estudios Fox. Cerca de 100 personas se congregaron para ver al villano renacido mientras una sonrisa de satisfacción cruzaba el rostro de Lucas.

El límite entre realidad y ficción es frágil y no faltan quienes ven a Lucas como una encarnación de Vader. Porque la saga más exitosa del cine fue el instrumento que ocupó para independizarse de Hollywood. Fue su guerra declarada contra los estudios que le quitaron el control de "THX 1138", que lo ningunearon cuando presentó el proyecto de "Star wars" y se rieron de él cuando era un joven de camisas a cuadros mientras dirigía el rescate la princesa Leia en los 70. De chico bueno y nerd se habría convertido en lo que él más odiaba: un pez gordo e intocable.

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