Otra preocupación del sector, dijo Castillo, es que las personas disponibles, sobre todo en Nicaragua, se vayan a otros países centroamericanos que ahora también atraen inmigrantes.

Tal es el caso de El Salvador y Panamá, que tienen un fuerte auge en la construcción y que además pagan en dólares.

Por estos factores, la Cámara de la Construcción pedirá al Ministerio de Trabajo ampliar la autorización para contratar trabajadores fuera de Centroamérica.

El sur de México es una buena opción, dijo Castillo.

Sin embargo, traer inmigrantes más allá de Nicaragua o Centroamérica eleva los costos para los empresarios, quienes deben pagar el transporte además de otros beneficios como seguro social, hospedaje y seguro de riesgos laborales.

Otro factor que incide es que algunas construcciones muy especializadas, de hoteles cinco estrellas, por ejemplo, exigen a las constructoras certificar que sus trabajadores son legales y capacitados.

De la cuota de 10.000 trabajadores autorizada en noviembre, por ahora solo hay uno aprobado y 500 permisos en trámite por parte de dos empresas.

Estos permisos son por un año y prorrogables.

Francisco Morales, ministro de Trabajo, dijo coincidir con la Cámara en que el país necesita técnicos y añadió que se ha mencionado la posibilidad de traer empleados de Ecuador, lo cual se encarece por el transporte.