Sexualidad en pareja
¿Sexo sin amor?
Los tiempos modernos han tendido a separar el amor de la sexualidad, como también la sexualidad de la reproducción.
Lo primero, pese a los cambios culturales experimentados, sigue siendo vital en la sexualidad en pareja. Es decir, los afectos, los sentimientos, la comunicación son indispensables, por lo menos, para la mujer, aunque hay que tener presente que ello no garantiza el placer en el acto, ni la satisfacción.
La mujer, sin embargo, a logrado prescindir de los afectos en el acto sexual, pero no cuando se trata de una pareja, es decir, de una relación estable en el tiempo y no algo pasajero o encuentro de una noche.
“No es tal que el sexo esté más separado del amor que antaño. A lo mejor hay más mujeres que pueden tener sexo sin él, pero el amor es importante hoy como hace 5 mil años y por eso seguirán ligados”, explica Eugenia.
En cuanto a la procreación, efectivamente, el surgimiento de los anticonceptivos permitió disociar el sexo de los hijos, cuestión que otorgó mayor tranquilidad a la mujer, la hizo más libre y le ha permitido disfrutar más de la sexualidad.
Para el hombre, este aspecto no ha cambiado en nada, dice la psicóloga, tanto es así que las mujeres han decidido tener hijos sin su participación (inseminación artificial) o sin la venia del padre. No obstante, las cosas tenderían a cambiar ahora que las pruebas de paternidad (ADN) impondrán exigencias y responsabilidades a los hombres.
La liberación de la mujer
Una de las grandes dudas que surgen es cuánto ha influido en la sexualidad de la pareja la liberación de la mujer en ese campo y todos los otros –como su ingreso al mundo laboral y su salida del hogar-.
Eugenia Weinstein afirma que el ingreso de la mujer al mundo público, entre otras cosas, ha derivado en su empoderamiento y liberación sexual. La transformación profunda de roles que se ha experimentado aún sigue teniendo replicas en la relación de la pareja y aún falta que se ajusten los cambios no sólo los referidos a la salida de la mujer, sino que al ingreso del hombre al mundo doméstico.
