Valerio Fuenzalida: " Este año puede clave para el futuro de las telenovelas"


Alejandro Herrero S.
Julio 2003

Valerio Fuenzalida

El interés que generan las telenovelas en el público es una característica que no ha dejado indiferentes a los investigadores. Uno de ellos es Valerio Fuenzalida, destacado académico que ha sido Jefe de Estudios Cualitativos de la Dirección de Programación de Televisión Nacional de Chile. Investigador en Recepción Activa y, como cuenta en esta entrevista, asesor del área dramática de UCTV.

Esta conversación comienza con una corrección sobre el uso de la palabra telenovela: “En Chile se usa la palabra teleserie, que es una palabra mal usada; más estrictamente se debería hablar de telenovelas, esa es la palabra exacta. La palabra teleseries se aplica más bien, a series cortas, a miniseries, como fue en su época “La Quintrala’’, o a programas como “Friends’’ o “Los Soprano’’. Su diferencia con la telenovela es que cada episodio es unitario; en cambio, en la telenovela, el capítulo de hoy es la continuación del de ayer, en temática, desarrollo dramático”.

¿Cómo ha visto el desarrollo de las telenovelas en Chile?
YYo creo que hay muchos cambios y no sólo al interior de las telenovelas, sino también desde el punto de vista de la sociedad receptora de las telenovelas. Hasta el comienzo de los ’90, en Chile habían dos grandes visiones sobre las teleseries: desde el punto de vista de la audiencia, socialmente, la telenovela es más bien mirada como un género femenino que masculino, incluso a muchos hombres les cuesta admitir que ven telenovelas porque sienten que son programas de mujeres y reconocerlo sería afeminarse. Entonces el género se gana este estigma social, de programas más bien con características femeninas, que los hombres niegan ver, esto hace que sean vistas con cierto menosprecio social.

Pero en los ’90 esta situación comienza a cambiar porque los hombres progresivamente comienzan a decir que ven telenovelas, que las disfrutan, usando como justificación que las telenovelas en los ’90 han mejorado mucho en calidad, que ya no es un género femenino, sino que es más amplio, familiar, uno lo puede ver dignamente.

El segundo cambio yo diría que es más bien académico porque el juicio, llamémoslo “universitario”, también las estigmatizó en toda América Latina, en los años ’70 hasta mediados de los ’80. La gente relacionada con la televisión, las escuelas de periodismo, de comunicación, con el mundo de la literatura, el mundo del teatro y el cine, miró muy mal a las telenovelas, las descalificaron brutalmente, como un género pésimo, de mala calidad.

Este ambiente de descalificación comienza a cambiar en la década de 1980 y a mediados de la década de 1990 ya hay, desde el punto de vista académico, un ambiente de mayor comprensión. .

Pero esos juicios persisten en muchos actores
Yo creo que eso persiste, en parte, porque han sido formados en escuelas de teatro antiguas, donde aún quedaban algunos prejuicios.

¿Cómo ha visto la evolución entre las historias que mostraban las telenovelas en los 80 y las que se realizan desde los ’90?
Yo tengo una visión más clara de lo que ha pasado en los 90. En los últimos 13 años. Yo creo que la teleserie le ha sacado más partido a la evolución tecnológica, el hecho de poder grabar en exteriores con tecnologías que a comienzos de los 80 eran impensables. El hecho de poder grabar con cámaras de gran calidad, le dan a la telenovela una movilidad muy grande en la década de los 90, produciéndose un cambio muy fuerte.

Pero no solamente tiene que ver con incorporar escenografías naturales; el cambio es mucho más fuerte. Hay un reconocimiento de parte de la audiencia, hay elementos de identificación, el agrado de ver un paisaje que reconoces como tuyo. Algo de lo que se dio cuenta TVN a través de los estudios de audiencia y por lo tanto empezó a cultivar deliberadamente esta tendencia, a recorrer Chile y mostrar escenográficamente esta diversidad. Todo esto provoca fenómenos de aprecio. Por ejemplo, cuando se graba “Sucupira’’, la caleta de pescadores donde está ambientada la historia se transformó en un objeto turístico, un fenómeno de querer ir a mirar, de atracción, que trasciende más allá de la telenovela y logra este afecto, este reconocimiento.

Las telenovelas comienzan a dejar los estereotipos y comienza a hacerse cargo de los problemas que transcurren en la vida real, los que se van entrelazando con los elementos propios de la telenovela. Entonces la salida de la telenovela a exteriores es un cambio mucho más profundo, tiene que ver con un reconocimiento a la audiencia, tiene que ver con una evolución de los libretos para incorporar elementos más cercanos a la realidad. En esto último se dio un paso muy grande el 2003, tanto UCTV como TVN incorporan elementos mucho más conflictivos.

¿Cual es su opinión sobre la crisis que afectó al área dramática de Canal 13?
Yo creo que lo vivido por Canal 13 muestra el revés de lo que estamos hablando. Porque en la medida que TVN filmaba y grababa en escenarios chilenos, Canal 13 grababa en París o en El Caribe y se alejaba cada vez más de la realidad visual chilena.

Además, yo creo que hubo un alejamiento y una desconexión de los guionistas con la realidad de la audiencia. O sea, la desconexión de Canal 13 no fue solamente visual, también hubo una desconexión con la realidad y la problemática de la audiencia.

Aunque yo creo que ahora Canal 13 ha madurado, ha reflexionado sobre muchas cosas y ha realizado una telenovela (“Machos’’), que ha recogido este desafío y está acogiendo temas complejos como el de la homosexualidad, un tema que habitualmente es recogido en la TV, en reportajes, como un drama social o es tratado con burla, con chistes. En cambio, la telenovela está explorando el drama de la homosexualidad, el drama familiar, personal, qué pasa cuando en una familia hay un hijo homosexual, cómo es la relación de esta persona con su entorno masculino o femenino, es otro tipo de exploración más cercana a la vida cotidiana. Es un paso más dentro del acercamiento de la telenovela a la realidad.

Una exploración que también está haciendo TVN; trabajar viendo si la telenovela es capaz de acercarse a este tipo de problemas.

Pero no le has ido muy bien con su exploración en Puertas Adentro
Pero no a todas las telenovelas les va bien. TVN ha hecho muchas exploraciones con telenovelas en que tampoco les ha ido muy bien. Pero gracias a dios existe esta libertad para explorar e ir viendo..

¿Cuáles son las diferencias entre las historias que se mostraban en la década de 1980 y las que se mostraron en la de 1990?
Mi hipótesis es que el 2003 debiera convertirse en un año que marque con cambios muy fuertes al mundo de la telenovelas, que deberían dar un paso para comenzar a asumir problemas reales, conflictivos, como el de la homosexualidad que está tratando ahora Canal 13, el canal de la Universidad Católica, que toma un trozo de la realidad problemático para ellos; algo que no ha sido fácil, el canal ha sufrido fuertes tensiones por asumir estos contenidos, la Iglesia debe estar muy nerviosa con ver eso en pantalla.

Pero además yo tengo la impresión de que se han producido otros cambios, que tienen que ver con el mundo de los actores. Canal 13 logra armar un equipo de actores masculino muy potente y eso es un paso muy fuerte porque en Chile la audiencia ha tenido por mucho tiempo la sensación de que las actrices son muy superiores a los hombres; por lo tanto, yo pienso que con esas incorporaciones el 13 dio un brinco muy fuerte, un acto de innovación bastante grande, ha reunido un conjunto al cual le puede sacar partido por mucho tiempo.

Yo tengo la sensación de que TVN tiene problemas en su reparto. Su elenco principal está muy gastado, está muy sobreexpuesto.

¿Están gastados los actores o la fórmula de Vicente Sabatini es la que atraviesa una crisis?
Puede ser que ese sea un elemento gastado, puede ser que necesiten innovar en libretos y guiones, pero yo tengo la impresión de que también hay un desgaste de los actores. Es mi hipótesis.

¿Debería venir un cambio generacional?
Eso lo van a tener que ver ellos. Cómo enfrentan ese desgaste. Porque ahí está el problema de la edad de los actores, que se van “desplazando hacia arriba” y tú tienes que tener historias más juveniles, que atraigan a un grupo muy importante de la población. Yo creo que los actores potentes de TVN se han ido hacia arriba. Pero es parte de la vida de las telenovelas, es parte de su proceso natural; en cualquier industria de telenovelas se producen estos fenómenos y yo espero que TVN sea capaz de innovar porque si no en un par de años más puede sufrir la misma crisis que afectó a Canal 13.

¿Que temas cree que le falta abordar a las teleseries chilenas?
Yo he sostenido muchas veces que los problemas de los jóvenes están poco aprovechados; ellos viven una vida muy estereotipada y yo creo que hay una cantidad de problemas juveniles o de vivencias de los jóvenes que son importantes, fuertes, que han sido dejados de lado. Yo espero que los libretistas vayan siendo sensibles con eso, yo espero que ellos internamente evolucionen hacia esos temas, así como lo han hecho hacia otros temas. También podrían ser tocados temas del mundo universitario, para poder estudiar, para poder pagar sus estudios, con familias llenas de problemas, todos estos son problemáticas juveniles.

En su opinión, ¿las teleseries están mejorando?
Yo creo que tienen una línea ascendente, con altibajos, pero ascendente. El hecho de que Canal 13 haya podido parar muy bien una telenovela es un hecho que demuestra que había una capacidad instalada posible de reanimar, de rejuvenecer.

Yo creo que Canal 13 también ha sido innovador en otra cosa. Creo que Verónica Saquel encontró en el 13 un infraestructura intacta que sólo necesitaba ser explotada. Pero también creo que hicieron otras cosas, como por ejemplo alimentarse de fuentes externas.

A mí me pidieron un seminario a fines del año pasado, donde trabajamos casi tres meses en muchas cosas, a nivel de producción, de libretistas, de marketing, seguimos toda la cadena creativa.

O sea de verdad se han preocupado de solucionar sus problemas
Ellos han trabajado mucho con un psiquiatra que se llama Sergio Canals; él tiene mucha experiencia en televisión. Es un hombre que ha trabajado mucho en el mundo televisivo, asesorando. Yo tengo una muy buena opinión de él, creo que ha sido valiosa la asesoría que le ha dado a Canal 13 en temas muy complicados, como el de la homosexualidad, la separación entre Ángel Mercader y su mujer. Ahí está muy claramente la mano de una muy buena asesoría externa, que es capaz de alimentar a los libretistas con el conflicto que hay detrás de esas cosas.