Este año partió con tristeza, ante la reciente muerte de Gonzalo Bertrán, quien había puesto todo su trabajo en la elaboración del festival pasado. En su reemplazo asumió Jaime Pavez, quien ya había dirigido el certamen en la década de los ochenta. Es el último año en que se vería la concha acústica, pues para la próxima cita, se efectuaría una completa remodelación de la Quinta Vergara.
La antesala fue una oleada de críticas sobre la calidad de los artistas, y la pugna desatada entre los canales y sus diferentes programas, pues ya el tema de la farándula se ha desatado con toda la fuerza en Viña del Mar.
El festival partió con una apertura bastante arriesgada y poco vista: el bailarín español Joaquín Cortés fue el encargado de abrir los fuegos con un espectáculo de danza flamenca, número que fue acogido con respeto y, sobre todo, con admiración por el mounstro. Cecilia Bolocco fue nuevamente la animadora y esta vez no bailó para evitarse el bochorno del año anterior; además se le entregó la Gaviota de Oro a Antonio Vodanovic como presagio, quizás, de los pocos años más que le quedaban al mando del festival.
Sin duda, que el concepto para definir esta edición fue el romanticismo, a cargo de cantantes como Alejandro Sanz, Miguel Bosé o Ricardo Arjona. Este último, en su actuación del día jueves, simplemente revivió esas jornadas de histeria y éxtasis de antaño. Con ese particular dominio que tiene con el público femenino, en el diálogo provocador que brinda como antesala a sus canciones, hizo que un centenar de mujeres se subieran al escenario para estar cerca del ídolo guatemalteco. Su actuación se vivió bajo el sonido ensordecedor de la Quinta. Se llevó Gaviota de Oro y de Plata y terminó con un acústico con aquella canción que escribió dedicada al Festival el año 99 y que terminó por dejar a la gente totalmente a su merced.
Esa misa noche subió al escenario a las 2:15 de la mañana el grupo chileno La Ley, que un día antes y en pleno programa La Movida de Canal 13, se les informaba de la obtención de un Grammy. Ellos se sintieron un poco molestos por la hora de salida, problema con el cual tuvo que lidiar la organización durante las 6 noches.
Dentro del los otros artistas que destacaron, encontramos la actuación- en la jornada de cierre- de Ana Torrroja junto a Miguel Bosé, quienes presentaron su tour “Girados”. Esa noche se tiñó de España, pues también se subió a cantar Alejandro Sanz, quien había tenido su noche de gloria el día anterior. También, se vivió el reencuentro con el público chileno de la cantante mexicana Lucerito que con su dulce ternura cantó viejos clásicos AM como “Electricidad” o “Ya no”. El mariachi tampoco estuvo ausente y tuvo su representación en Pedro Fernández que con su “Yo no fui” hizo delirar a las viñamarinas. Además, se vivió un momento de pleno glamour con la actuación de Peabo Bryson y el duo que hizo con Andrea Tessa y la cantante chilena radicada en Estados Unidos, Rachel. Una presentación digna de “Las Vegas”.
La llamada noche chilena tuvo a Myriam Hernández en su apertura, que demostró desplante y una cuota de sensualidad que bien escondida la tenía. Douglas y su repertorio de boleros que tuvo a su mejor público en Palmenia Pizarro que lo miraba desde el jurado y quien después también se subiría a cantar. Godwana puso todo el reggae con el toque romántico invitando a Pablo Herrera a cantar, en una devuelta de mano por la invitación del año pasado del baladista. El humor fue simplemente para olvidar, el “Carmelo”, personaje del actor Daniel Muñoz, tuvo una tibia participación, al igual que el dúo de Memo Bunke con Natalia Cuevas. Óscar Gangas hizo revivir a ese infernal mounstruo y fue sacado con las pifeaderas del respetable. Dinamita Show volvía a la Quinta, pero sin la chispa de su anterior presentación. Esa noche brillaron también los máximos representantes de la “Nueva Ola”, subiéndose a cantar Luz Eliana, Peter Rock, los hermanos Zabaleta y Luis Dimas, entre otros, quienes hicieron cantar a grandes y a chicos los temas del ayer.
La reina del festival fue la cantante uruguaya Natalia Oreiro que no sólo ganó por belleza, sino también por simpatía. La canción ganadora en el plano internacional fue “Ayer te vi” de Víctor Heredia interpretada por el argentino Raly Barrionuevo. Mientras que en la competencia folcklorica, que este año por primera vez se hizo a nivel regional, la Gaviota de Plata quedó en Chile con el tema” Whipala” de Danny Rodríguez.
Para los anales de lo más freak de Viña, quedó la actuación del ex “guardián de la bahía”, David Hasselhof, quien nadie supo a qué vino al festival. Además, destacaron las actuaciones de los mexicanos de Antonio Ríos y Alejandro Fernández, y la ternura de una joven Lynda. Los argentinos también se hicieron presente para brindar la fiesta a cargo del grupo La Mosca Tse Tse y la banda sound Ráfaga, quienes tuvieron la responsabilidad de cerrar el evento. La noche final se tiñó de nostalgia y amor con la actuación de Fernando Ubiergo, coronando, sin duda, una edición especial para los amores de verano en Viña del Mar.
Textos y recopilación
Víctor Hugo Moreno y Rodrigo Palma