Viña 2004 venía antecedido de la noticia del verano: la ruptura poco antes de subirse al altar del matrimonio de Kanita Larraín e Iván Zamorano, en donde Chile entero quedó conmocionado con el quiebre. Pero, entrando en materia, esta versión del Festival de Viña del Mar en cuanto a sintonía fue mejor que el anterior, promediando 39 puntos de rating. Dos elementos configuraron la identidad de esta edición: la diversidad de estilos que transitaron por el escenario, y el alto contenido político que tuvieron algunas noches, en especial, la chilena. Pero sin duda, y algo que se rumoreaba y que finalmente se concretaría: éste sería el último Viña animado por Antonio Vodanovic.
La primera noche comenzó con un gigantesco incendio en los alrededores de la Quinta Vergara, que no logró empañar el desarrollo de la jornada. El hombre laser era la gran atracción de la obertura, pasó sin pena ni gloria y pocos entendieron su show, luego “Marciano” puso la electrónica y marcó un precalentamiento de quien sería, dos años más tarde, el próximo animador: Sergio Lagos. El cantante mexicano Cristian Castro fue el encargado de abrir la música en Viña. Vestido de terno y con peinado a la antigua se paseó por su repertorio lleno de romanticismo. Soraya, cantante colombiana, se recuperaba de un cáncer mamario y logró emocionar a la gente con sus canciones y su vitalidad. La sonora Tomy Rey, por años esperada, cerró la jornada con un rotundo éxito.
La segunda noche estuvo marcada por el encendido show de los Chancho en Piedra. Las galerías se repletaron de chanchitos (juanitos) de distintos colores. El problema: salieron a tocar a las 2:30 de la madrugada, situación que se repetía a los años anteriores, dejando para el final a las bandas chilenas. “Por lo menos ahora Chile nos conoce", dijeron al bajar a las 4 de la mañana del escenario. Pero la noche comenzó con Camilo Sesto, quien colocó la nota de nostalgia. En tanto el grupo Bacilos fue escuchado con respeto por la masa de fans de los “Chancho”.
El cantante mexicano, Juan Gabriel, se subía por enésima vez a la Quinta. Ahora venía con más sobrepeso, menos preocupado de su look, pero tuvo el éxito de siempre. El grupo norteamericano Toto fue el representante del recuerdo anglo; sin embargo, demostraron vigencia y calidad. Segundo año en que los realitys estaban de moda y la ganadora de Protagonistas de la Música, Ximena Abarca, tuvo que enfrentarse al monstruo, salvando dignamente su participación.
Sin duda que la noche chilena fue la más llena de elementos de esos catalogados de “históricos”. Homenajes a Víctor Jara, Pablo Neruda y la actuación de los Inti Intiillimani marcaron una noche catalogada por El Mercurio como: “la noche se puso roja”. La canción “Vino al mar” marcó el momento de mayor recuerdo hacia los detenidos desaparecidos, acompañado de imágenes en las pantallas gigantes. Independiente de la calidad musical del grupo, el significado de su actuación marcó un hecho que se recordará por mucho tiempo. Los Petinellis también hicieron lo suyo recordando canciones de Víctor Jara. Tito Fernández, “El Temucano” brindó el canto popular con temas como la “La casa nueva”. En tanto, una adolescente María José Quintanilla, encantaba con ternura y armoniosa voz.
La noche del sábado marcó el más claro ejemplo de cómo se pueden combinar estilos musicales tan diversos: Salvatore Adamo con canciones que hicieron recordar los pololeos a los más adultos; un joven Luis Fonsi ( puertorriqueño) hacía delirar a las jovencitas; el rock lleno de contenido y buena vibra de Fito Paez dedicado a un público adulto joven de platea y para cerrar, el rock irreverente de los mexicanos de Molotov, quienes literalmente se tomaron el escenario hasta las cuatro de la madrugada.
La noche final tuvo un solo nombre: Ricardo Arjona, quien venía con repertorio renovado bajo su último disco: “Santo Pecado”. Sería el artista más popular de esta versión.
Otros artistas que se presentaron fueron Alex Ubago, el grupo chileno Canal Magdalena, DJ Méndez, Douglas, Jarabe de Palo, Safri Duo. El humor estuvo a la altura: sólida actuación de Los Indolatinos, una rutina de contenido político de “Palta Meléndez”, quien hizo una memorable imitación de Pinochet, una presentación cargada de emoción con Sandy, quien ya había perdido sus piernas producto de la diabetes; solo para el olvido la actuación de Natalia Cuevas y su personaje de la Marjori.
La reina fue la espectacular "Pampita" y los ganadores en las competencias fueron: en el género internacional el tema interpretado por el chileno Alexis Venegas “Tus Ojos". En tanto que Argentina con la canción "Bailando con tu sombra", compuesta por Víctor Heredia y que cantó Abel Pintos, se coronó como el gran triunfador de la competencia folclórica, recibiendo el premio a la mejor canción e intérprete. En esta edición del certamen se efectuó además un homenaje especial al Ballet Folclórico Nacional Bafona, al que se le entregó la Antorcha de Plata en reconocimiento a su trayectoria y aporte a la cultura de nuestro país.
Textos y recopilación
Víctor Hugo Moreno y Rodrigo Palma