UN AÑO DE PODEROSAS TRANSFORMACIONES
Por Jimena Zúñiga.
Si nuestros antepasados nos vieran leyendo las predicciones del año no se extrañarían demasiado. Querer conocer qué nos depara el futuro próximo no es nada moderno, sino un rito muy instalado en la cultura ancestral de todos los pueblos del planeta. Ahí están la astrología, el tarot, las runas, el I-Ching, los caracoles, las líneas de la mano, las hojas del té, la borra del café y mucho más.
Y en este momento la pregunta que todos queremos saber es: ¿qué nos depara el destino este 2006?, ¿será un mejor año que el anterior? La respuesta puede ser subjetiva para la realidad de cada uno, pero me atrevo a afirmar que será un año muy aleccionador.
La energía del 2006 es bien terrenal, trae desafíos y sus respectivas recompensas para quienes quieran asumir los retos del destino. La prueba común que atravesará a todos los signos del horóscopo es transformar aquellas actitudes mentales y emocionales que nos impiden –en el presente o históricamente- ser felices y así sentirnos agradecidos de la vida que llevamos.
Es un año de trabajo interno y externo, que nos obligará a construir un puente coherente entre nuestra vida íntima y la posición que ocupamos en el mundo. Nuestra riqueza interna se verá reflejada afuera. Muchos tendrán que volver a la partida y otros reevaluarán sus planes.
¿Para qué? Entre otras cosas, para sonreír más, aunque también para aprender y no tropezar con la misma piedra –o roca-, junto con poder abrirle la puerta al amor, la abundancia y la sanación.
Entonces, estas predicciones 2006, le proponen a cada signo convertirse en un arquetipo diferente para vivir el mundo: Aries, el Ave Fénix; Tauro, un aprendiz; Géminis, un maestro; Cáncer, un niño; Leo, un caballero; Virgo, un héroe; Libra, un mago; Escorpión, un artista; Sagitario, un investigador; Capricornio, un alquimista; Acuario, un guerrero; y Piscis, un socio.
Todos están invitados a ser parte del juego porque cada uno tiene algo que aportar, así que nada de quejarse ni pensarlo demasiado, miren que el 2006 no espera. ¡Suerte!
|