No hay que ser injustos. El Festival nunca ha sido un espectáculo para mostrar las tendencias musicales del momento, ni al artista que tiene en llamas las listas inglesas o estadounidenses. Claro, alguna vez vino The Police, y el año pasado Franz Ferdinand marcó una nueva excepción histórica, pero eso fue fruto de la casualidad.
Bryan Adams no tiene la culpa de que los distintos organizadores del Festival se hayan demorado 20 años en querer traerlo. Porque el canadiense ya era famoso en 1984, cuando lanzó su álbum "Reckless", uno de los que más satisfacciones le ha dado a la fecha.
De allí salieron éxitos como "Heaven", "Summer Of '69", "Run To You", "It's Only Love" y "Kids Wanna Rock".
Todo indicaba que a partir de allí debía mantenerse un tiempo en la cúspide, pero sus siguientes producciones no tuvieron la misma acogida. Sin embargo, llegó a los 90, donde sobrevivió más por sus baladas que por sus álbumes. “Everything I do (I do it for you)" y “Have you ever really loved a woman?" —incluidas en las bandas sonoras de "Robin Hood" y "Don Juan De Marco", respectivamente—, son un ejemplo de ello.
Y aunque su segunda visita a Chile será para el certamen viñamarino (la primera fue en 1990), su regreso se produjo algo antes, como uno de los principales platos musicales en el revival de los ochenta que hoy nos invade. El festival comprobará si puede aprovechar ese favorable vuelo. Aunque si Kansas salió airoso en 2006 con un solo éxito (“Dust in The wind”), Bryan Adams no debería tener problemas.