Brunei:
El millonario reino perdido en Asia
El
pequeño sultanato de la isla de Borneo se caracteriza por una
alta calidad de vida sustentada en sus riquezas naturales.
IGNACIO ARANA ARAYA
Un paradisíaco
paisaje ubicado en la punta de una isla del sudeste asiático,
donde los musulmanes que la habitan no pagan impuestos, reciben educación
gratuita y los costos de salud son subvencionados. El territorio es
gobernado por un sultán que posee riquezas y tesoros inigualables,
los que gasta invitando a mujeres hermosas de todos los rincones del
planeta a visitar su castillo, el más grande del mundo, con 1.788
habitaciones.
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FAMILIA
REAL
Brunei es gobernado por el sultán Hassanal Bolkiah
desde 1968. Junto a su familia dirige toda la estructura
estatal.
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La descripción anterior no es un extracto de "Las mil y
una noches", sino algunas características de Brunei a comienzos
del siglo XXI.
"Es un país maravilloso. Tiene el cielo más impecable
que haya visto en la región, el nivel de vida es extremadamente
alto, la gente es muy culta. Posee selvas con animales únicos,
y la capital es una Venecia al aire libre, porque cuenta con un río
que en el centro tiene barrios enteros, incluso un colegio público
gigantesco que se sostiene sobre postes de metal. Los muchachos no van
a discotecas, se juntan a tomar café", cuenta maravillado
el embajador Mario Artaza, asistente de los altos representantes del
APEC que vivió todo un año de viajes entre Chile y Brunei.
El país es gobernado por el sultán Hassanal Bolkiah desde
el año 1968, quien es Jefe de Estado y de Gobierno, tiene a la
familia real dirigiendo toda la estructura estatal y controla los medios
de comunicación.
El segundo hombre más rico del mundo (con una fortuna que supera
los US$ 40 mil millones) es popular entre sus 365 mil súbditos.
Razones no les faltan: además de los beneficios descritos, viven
en una ambiente de seguridad en donde el principal empleador es el Estado,
y la capacidad adquisitiva per cápita es de US$ 18.600, casi
el doble de los US$ 9.900 registrados en Chile.
Tal como derrocha dinero en fastuosas fiestas privadas (se dice que
invita a elegantes prostitutas de occidente), el sultán es amigo
de las grandes celebraciones públicas. Cada año, cuando
Bolkiah está de cumpleaños, le ofrece suntuosos regalos
al pueblo, como conciertos de Michael Jackson, Celine Dion y Whitney
Houston, o la construcción de una lujosa mezquita.
El sultán, que pertenece a un linaje real de seis siglos de tradición,
cada año reparte entre el pueblo parte de las ganancias que obtiene
el país de sus principales productos, el petróleo y el
gas, y de multimillonarias inversiones diversificadas en todo el mundo.
"No se idolatra al sultán, se le guarda gran respeto y cariño.
Él forma parte de una línea de sultanes muy antigua, y
es una familia muy querida en Brunei", acota Artaza.
El secreto del "milagro económico" de Brunei es que
es el tercer país asiático exportador de petróleo
y cuarto productor mundial de gas.
Preocupación
Esto tiene preocupado al gobierno. Durante la crisis asiática
el país sufrió serias pérdidas en sus inversiones.
A pesar de los esfuerzos dirigidos a diversificar su economía,
éstos han fracasado rotundamente, pero a futuro el país
podría consolidarse como un centro turístico y como La
Meca de la banca islámica. Por ahora, la mayoría del territorio
fuera de la capital, Bandar Seri Begawan, permanece subdesarrollado
y subexplotado y se importan casi todos los alimentos que se consumen
en el país. El sector empresarial brilla por su ausencia, por
lo que el 50% de lo que se produce en el país está en
las grandes y pesadas manos estatales.
El intercambio comercial entre Chile y Brunei es casi similar al que
se da entre nuestro país y la inexistente Atlántida. Sólo
se exportan cantidades modestas de cobre al sultanato. Chile tampoco
tiene embajada en Brunei ni éste en Santiago, aunque las relaciones
diplomáticas se inauguraron apenas el sultanato se independizó
del Reino Unido en 1984. Sólo existe un consulado honorario de
Chile en Brunei, que depende del consulado nacional en Malasia.
¿Qué se puede esperar entonces de un compañero
tan distante en el APEC?
Bastante. Brunei participa actualmente como observador de las negociaciones
para concretar un acuerdo de libre comercio entre Chile, Nueva Zelandia
y Australia, y ya fue invitado a integrarse plenamente al grupo. Quizás
la respuesta se la dé el sultán directamente al Presidente
Ricardo Lagos, en una posible reunión que sostengan en Santiago.
Según Artaza, otros temas atractivos para Chile son conocer el
sistema de protección del medio ambiente aplicado por Brunei
y su modelo de educación bilingüe.
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