Capítulo 11
Origen de la bomba atómica

Albert Einstein alertó a Estados Unidos de la cercanía de la era atómica.

La Segunda Guerra Mundial todavía no comenzaba, pero ya había quienes podían vislumbrar cuál sería su final. El 2 de agosto de 1939, un mes antes de que Gran Bretaña y Francia le declararan la Guerra a Alemania, el científico de ese país Albert Einstein envió una carta al Presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt alertándolo del seguro rumbo que tomaría el orden mundial.

Fue un texto del cual, años después, el Premio Nobel de Física se arrepentiría de haber redactado. En la historia quedó marcado su nombre como el que previó – y hasta quizás incentivó- a Estados Unidos a desarrollar la bomba que puso fin al conflicto mundial y que tuvo, y sigue teniendo, al mundo en una tensión constante.

Fue Einstein quien aseguró a Roosevelt que ya era posible, en 1939, "el iniciar una reacción nuclear en cadena en una gran masa de uranio, por medio de la cual se generarían enormes cantidades de potencia y grandes cantidades de nuevos elementos parecidos al uranio (…) Este nuevo fenómeno podría ser utilizado para la construcción de bombas, y es concebible -pienso que inevitable- que pueden ser construidas bombas de un nuevo tipo extremadamente poderosas".

No falló Einstein en su pronóstico. Cinco años después dos de esas bombas azotarían las ciudades de Hiroshima y Nagasaky, obligando a la rendición de Japón y a la victoria estadounidense en la Segunda Guerra.

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