Mientras se desarrollaba con pleno éxito el ataque a Italia, las fuerzas Aliadas comenzaron a fraguar lo que sería la liberación de Francia.
En diversas reuniones, como las conferencias de Casablanca y Washington, los mandatarios del bloque Aliado decidieron el bombardeo masivo sobre objetivos alemanes. Entre marzo y julio de 1943 se realizaron 43 grandes ataques aéreos sobre ciudades como Essen, Duisburgo, Dortmund, Düsseldorf, Bochum, Aachen y Barmen-Wuppertal que prácticamente desapareció.
Entre julio y noviembre, 17 mil aviones volaron contra Hamburgo, Mannheim, Franckfurt, Hannover y Kassel.
Aunque Alemania respondía bombardeando Londres, estos ataques no se comparaban con los de los Aliados. Contra las 80 aeronaves que cruzaban el cielo inglés, 800 lo hacían dejando caer sus bombas sobre Berlín.
Pero tantas bombas tenían una razón de ser: acabar con la Lufwaffe, la Fuerza Aérea alemana, y socavar las defensas nazis previo al siguiente desembarco.
El problema era que Roosevelt y Churchill no se ponían de acuerdo en cómo dar el golpe al Tercer Reich. El Premier inglés quería atacar el Este europeo y el Presidente norteamericano prefería perforar la denominada "Muralla Atlántica", ingresando por la costa norte de Francia.
La opinión de Stalin solucionó el conflicto. Atacar por el Canal de la Mancha le permitiría sostener su dominio en Europa del Este y extender las redes del comunismo. Sin dejar al descubierto su plan estratégico, el soviético logró convencer a los Aliados.
El Día D
Considerado por historiadores como el comienzo del fin de la Segunda Guerra Mundial, 39 divisiones tomaron cinco playas de Normandía el 06 de junio de 1944.
La "Operación Overlord" supuso la movilización de 130 mil soldados, 25 mil paracaidistas y varios miles de vehículos, barcos y aviones militares.
Utah y Omaha, Gold, Juno y Sword fueron los nombres estratégicos con que se conocieron las zonas de desembarco, que estuvo a cargo del general estadounidense Dwight Einsenhower.
La defensa costera alemana poco pudo hacer ante el sorpresivo ataque, que comenzó con la caída más de 19 mil paracaidistas. Pero la batalla en las playas fue realmente cruenta. Sólo en las primeras horas, habían caído más de tres mil muertos Aliados. La cifra creció a más de 10 mil al final del primer día. Por parte de los alemanes, las víctimas fueron alrededor de seis mil.
Pero los invasores eran mucho mayores en número, por lo que Overlord fue pronto considerada un éxito. Los Aliados lograron abrir el franco norte para comenzar a liberar Francia. Sólo cuatro días después del Día D, el mariscal Montgomery ya había establecido su cuartel en Normandía. Churchill también recaló en suelo francés y Charles de Gaulle entró de vuelta al país con una promesa por cumplir: liberar a París.
Aliados entran a París
Alemania respondió a la invasión con un nuevo bombardeo masivo sobre Londres, aunque esta vez dejando caer las famosas bombas V-1 y V-2, consideradas armas decisivas por el Eje. Las primeras eran armas con forma de avión, que se lanzaban desde rampas o desde otras aeronaves. Las segundas, tenían forma de misil. Ambas tenían la característica de volar a casi 100 kms. de altura y caer en picada, ocasionando un enorme daño a la población.
A pesar de aquellos sangrientos ataques, el camino hacia la liberación de Francia ya estaba cimentado. Las tropas Aliadas que conquistaron la costa norte del país, estaban pronto cerca de llegar a la capital. Las defensas alemanas no surtían efectos.
De Gaulle caminando por las calles de la Francia libre.
El 15 de agosto de 1944 se produjo un nuevo desembarco aliado, ahora en la región sureña de Provenza. Ese frente permitió la liberación de Marsella, y luego Lyon.
La invasión Aliada a Francia fue tan veloz como en Italia y tanto también como la técnica de guerra rápida que utilizó Alemania al inicio del conflicto.
Pasó poco tiempo antes que la resistencia nazi fuera totalmente aplacada. El 24 de agosto, las tropas de avanzada estadounidenses del general Patton, y las francesas del general Philippe LeClerc, ya estaban en París.
Sólo algunos días antes, Petain, líder de la República de Vichy, anunció a Hitler su dimisión. De ahí en adelante vino una revolución del pueblo francés que ayudó aún más a los Aliados que casi no encontraron resistencia.
En momentos en que los alemanes que controlaban la capital se rindieron ante LeClerc, De Gaulle apareció por las calles de París cumpliendo la promesa que había hecho desde Gran Bretaña: liberar a su país de los nazis.