Capítulo 4
Japón y EE.UU a la Guerra

La guerra se desarrollaba con fuerza en Europa y la Unión Soviética, pero en los otros extremos del planeta, el conflicto - hasta ese entonces continental- asomaba para unos como un problema, mientras que para otros se transformaba en una oportunidad.

Japón llevaba a cabo una política exterior imperialista que tenía como meta el avance sobre China y el control del Pacífico. El principal problema para Tokio estaba en sus crecientes dificultades económicas, por una sobrepoblación extrema y por no contar con los recursos naturales apropiados.

Sin coincidir necesariamente en la política ideológica nazi ni soviética, Japón ingresó en el acuerdo tripartito en septiembre de 1940 con Alemania e Italia. Meses más tarde, suscribió un pacto de no agresión con Moscú, dejando en evidencia que su postura sería antioccidental: la expansión buscaba horizontes en la Indochina francesa, la Indonesia holandesa y las posesiones británicas del Extremo Oriente.

Pearl Harbour

El sur de Indochina no demoró en caer en manos de Japón. Sin embargo, en su interés de tomar también los territorios holandeses e ingleses, Tokio se topó con Estados Unidos, que bajo el liderazgo de Franklin Delano Roosevelt se interpuso en ayuda de sus aliados.

A pesar de que Roosevelt había decidido no intervenir militarmente en la guerra a menos que sus intereses fueran atacados - principalmente por la presión ciudadana-, la potencia americana emplazó a Japón a abandonar Indochina como condición para continuar suministrándole petróleo.

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