Cuando un joven Charles de Gaulle combatió en la Primera Guerra Mundial bajo las órdenes del entonces coronel y héroe nacional, Henri Petain, jamás pensó que algunos años más tarde se convertiría en acérrimo detractor de quien lo comandó en el campo de batalla.
Comenzó la Segunda Guerra, Alemania arrasó con Francia y el mariscal Petain pasó a ser el títere de Hitler. Entonces comenzó el verdadero protagonismo de De Gaulle, instalado en Inglaterra. Luego de que las fuerzas de su país fueron definitivamente derrotadas, se convirtió en líder de la resistencia francesa.
Las arengas a repudiar la ocupación nazi y al gobierno de facto que la apoyaba, que De Gaulle enviaba desde la isla a través de las ondas radiales de la BBC, fueron un gran apoyo moral para los rebeldes, pese a que nunca contó con el pleno apoyo de figuras como Winston Churchill y Franklin Roosevelt, que veían en él a un "aventurero".
Sin embargo, una semana después del desembarco de las tropas aliadas en Normandía, entró triunfal en París y su gobierno fue reconocido por los aliados, pero sin que lo invitaran a participar de las conferencias de Yalta y Postdam.
Conservador y anticomunista, dos veces fue Presidente y dos veces dimitió, la segunda en abril de 1969 como coletazo de la revuelta obrera y juvenil de mayo del '68.