Parque nacional Alerce Andino

Caminar nueve kilómetros entre alerces, aves mitológicas y cincuenta lagunas

El Alerce Andino no se destaca por sus grandes cascadas o paisajes paradisíacos. En esta zona a pocos kilómetros de Puerto Montt, lo imprescindible es armarse de ánimo, tomar uno de los dos senderos que ofrece el parque y disfrutar de un bosque verdaderamente nativo.

por José Pablo Harz - Fotos: Andrés Gómez Espinosa
LUNES 23 DE MARZO DE 2015
Así es el Parque Nacional Alerce Andino

1K Un usuario comenta en el famoso y concurrido sitio Tripadvisor: “No vale la pena visitarlo. Un camino muy fácil, con poco que fotografiar, el salto no es gran cosa y he visto alerces de mayor tamaño”. Nota dos para las casi 40 mil hectáreas del Parque Nacional Alerce Andino. Unas cuantas personas coinciden con este disconforme visitante y agregan epítetos del tipo “aburrido”, “demasiado familiar”, “atractivos poco llamativos”. El promedio del parque en la actual biblia del viajero baja un poco más.

2K Lo que la minoría considera un paseo menor, para gran parte de los turistas es una experiencia de trekking única. Y es que caminar es en el Alerce Andino la atracción principal. Los dos senderos de nueve kilómetros que existen están intervenidos en la medida justa. Sólo se nota la mano humana en las partes en que el agua imposibilita el paso o las grietas naturales representan un peligro. Lo demás es un verde intenso que rodea al caminante, quien deberá pedir ayuda a las raíces y ramas de los árboles para continuar la ruta entre fango, tierra de hoja y piedras. El bosque en estado puro.

Datos del parque
  • Ubicacion: 46 kilómetros al este de Puerto Montt
    Superficie: 39.255 hectáreas
  • Cuando: Todo el año
  • Atracción: Alerce milenario
Actividades

3K Hay varias agencias de turismo que ofrecen el pack para visitar el Alerce Andino. Precios que van desde los 40 hasta los 70 mil pesos en un tour por el día que promete “contemplar una mágica panorámica brindada por la naturaleza del sur de Chile”. En eso no se quedan cortos, pero en este caso, el guía no es necesario. Los dos accesos al parque tienen caminos, aunque de ripio, perfectamente transitables para cualquier tipo de vehículo. Y una vez adentro basta con cancelar los dos mil pesos que cuesta la entrada, recibir un mapa y las acertadas indicaciones de los guardaparques para caminar y disfrutar durante el tiempo que el físico se lo permita. Este parque es administrado en un cien por ciento por la Conaf, así que los precios del refugio y áreas de camping están al alcance de cualquier bolsillo.

4K El protagonista principal del parque –era que no- es el alerce. Más allá del ejemplar de cerca de tres mil años que está demarcado y posa estoico para las cientos de fotos que los turistas se sacan con él diariamente, el rodal de alerce que se ubica en el sendero hacia la laguna Fría merece más atención. Son cientos de árboles de esta longeva especie que ordenadamente logran colapsar un sector y, mediante un sendero en pendiente que no toma más de 15 minutos, permite insertarse y observarlos metro a metro, desde las raíces hasta la copa, en un recorrido por siglos de vida natural.

5K Huithreu, huithreu. Un notorio sonido rompe tu armonía. El rozar de las hojas de los helechos, coigües y lengas es interrumpido por un cántico que parece venir de un ave bastante grande. Mirar hacia arriba y no encontrar nada. Huithreu, huithreu. Seguir buscando mientras un pequeño pájaro de lomo pardo, pecho rojizo y cuerpo a rayas pasa, dando pequeños saltos, entre tus piernas. Lo ves y pides silencio, temiendo que vuele antes de que alcances a preparar tu cámara. Pero no, hagas lo que hagas no volará lejos. Es el chucao, ave característica de la zona, y que lleva sobre sus alas un mito popular: si lo escuchas cantar por la derecha, adelante, será un buen viaje; si el sonido viene del otro lado, mejor tomar todas las precauciones posibles. Huithreu, huithreu.

6K Uno de los ríos que atraviesa el parque es el Chaicas, que le da el nombre al salto que algunos viajeros no encuentran la gran cosa. Lo cierto es que es una caída de agua de unos seis metros con un caudal más que respetable. Cae sobre un pozón transparente y sigue por un cauce ideal para rellenar la botella y disfrutar de agua mineral sin pagar de más. En el lugar hay un buen mirador para sacar fotos, aunque se echa de menos el espacio abierto para, con calor, poder gozarlo más de cerca. Nada que envidiarle a las cascadas de otros parques.

7K Si se hace el ejercicio de mirar el parque a través de Google Maps saltarán a la vista las cerca de cincuenta lagunas que se reparten por el bosque. Hay varias sin nombre y prácticamente inaccesibles. Sin embargo hay otras que se dejan ver sin tanto esfuerzo. La más concurrida, por su belleza y cercanía, es la Sargazo. Son dos kilómetros y medio de caminata antes de llegar a las orillas de una laguna rodeada de bosques de alerce. Hay una pequeña playa ideal para descansar y en un día soleado aventurarse por un baño; en las mañanas es un espectáculo observar como la neblina cubre las aguas y se pasea zigzagueante entre los árboles.

8K Como no todo en la vida puede ser poner un pie delante del otro, el Alerce Andino también ofrece espacio para otros deportes. Hay un sendero habilitado para practicar mountain bike y además para los amantes de la pesca con mosca hay varias alternativas. El Lago Chapo, con sus 55 kilómetros cuadrados, es un lugar ideal para esa disciplina: las truchas arcoíris se ven saltar con frecuencia. Además las lagunas Caiquenes y Fría regalan buenas tardes junto a las percatruchas.

9K Dentro del parque lo único que le compite el puesto de atracción principal al acto de caminar entre el espeso bosque, es la impactante laguna Triángulo. Son nueve kilómetros de caminata para, luego de disfrutar los sonidos, sensaciones y olores del sendero, llegar hasta una laguna encajonada entre paredes gigantes de granito que dan la sensación de estar dentro un cráter. Si el muy de moda Cochamó es considerado el Yosemite chileno, esta parte del Alerce Andino es eso o más. Los amantes de la escalada debiesen animarse y explorar la posibilidad de armar rutas en esta zona, donde seguramente el amigo de Tripadvisor no alcanzó a llegar.

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Caminar por Santiago. Recorrer la Alameda entera e inmiscuirse en cada una de las calles que la cruzan. Visitar a pie las comunas de Puente Alto, Colina y Peñaflor. Terminar y darse cuenta que completaste una travesía de 70 mil hectáreas que conforman la capital de Chile.

#Parques2015 es algo así, pero 128 veces más grande. Los edificios y el cemento cambiarán por más de 9 millones de hectáreas conformadas por alerces milenarios, lagunas vírgenes, áridos desiertos, glaciares en peligro, pumas e historias desconocidas hasta ahora.

Serán cinco meses de recorrido por los 36 Parques Nacionales del país. Un viaje que contempla 12 mil kilómetros de trayecto por tierra, además de otros ocho mil kilómetros por mar y cielo.

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