Parque nacional de Conguillío

Ser una ciudad paraíso y no desaparecer en el intento

Empresas privadas convirtieron Conguillío en un resort outdoor donde el volcán, las lagunas transparentes y araucarias, conviven con hot tubs, salas de masajes y restoranes.

por José Pablo Harz
LUNES 9 DE FEBRERO DE 2015
Así es el Parque Nacional de Conguillío

Mientras lea esta crónica cientos de personas y vehículos estarán recorriendo el Parque Nacional Conguillío. En solo unos pocos minutos son miles los pasos que se dan en los senderos y decenas los kilómetros que recorren los autos. Pare, ceda el paso, reduzca su velocidad, curvas peligrosas. Todo indicado como en la mejor carretera. Un semáforo no sorprendería mucho en el camino de tierra que atraviesa el parque y donde los tacos en las curvas molestan a los más impacientes. Restoranes, minimarkets, cabañas de lujo con hot tubs y servicio all inclusive, campings con baño privado y un paisaje que maravilla todo el año para el lado que se mire, son la tentación que en el 2014 atrajo a casi 90 mil personas a vivir una experiencia outdoor con todas las comodidades.

Transformar el parque en lo que ofrece actualmente es mérito y responsabilidad de Sendas, empresa que desde noviembre del 2012 ganó la concesión y se hizo cargo del cien por ciento de las áreas de uso público de las 60 mil hectáreas que tiene Conguillío. Así, además del alojamiento y la gastronomía, la playa principal recibe a muchos turistas que por el día tienen la posibilidad de arrendar equipos para hacer kayak o incluso, los más pequeños, pueden aventurarse en un muro de escalada. Todo un nuevo concepto que, con cerveza en mano si se le antoja, innova la manera de disfrutar un área silvestre protegida.

Datos del parque
  • Ubicacion: 148 km. al noreste de Temuco.
    Superficie: 60.832 hectáreas
  • Cuándo ir: Todo el año
  • Atracción: Volcán Llaima
Actividades

Luis Fica es el administrador y principal guardaparques del lugar. Hace cinco meses ocupa ese puesto, pero sus diez años de experiencia en Conaf lo hacen tener una visión amplia de lo que significa convertir un parque en una pequeña ciudad: “Lo que pasa es que siempre el tema de la concesión es algo privado, entonces la finalidad de ellos es generar recursos y eso muchas veces se contrapone a la protección del medioambiente. Entonces ahí es donde nosotros tenemos que tener la capacidad de ponernos en contacto con ellos y recordarles cuáles son los usos que se le puede dar al territorio”.

Existen otros parques y reservas en que las empresas que concesionan conviven con los lugares que posee la Conaf para recibir a los turistas. Aquí eso no fue posible. “Cuando se hizo la licitación se concesionó un 100% para optimizar un poco el uso de esas área y también para liberar mano de obra de los guardaparques, porque tenemos poco personal. Si bien aquí somos doce guardaparques fijos, estamos divididos en dos turnos. Además hay que tener tres fijos en caseta, entonces sólo quedan tres recorriendo las 60 mil hectáreas. Entonces además si tuviésemos que estar pendiente de los campings y cabañas no daríamos abasto”, cuenta Fica.

Al final, solo queda preocuparse de que no se sobreexplote el lugar para conservar la espectacularidad del Volcán Llaima y sus valles que retrocedieron miles de años luego de la erupción del 2008, los colores con vida propia de la Laguna Arcoíris, los 1800 años y 50 metros de la Araucaria Madre, los senderos hacia el Sierra Nevada y su vista a todo el parque y las 800 hectáreas del Lago Conguillío, cuya claridad permite observar cómo fue en el pasado el parque, tal como si se mirara en una bola de cristal.

Para lograr ese objetivo, Sendas -con el apoyo de Conaf- realiza estudios para tener claro el efecto que provoca la gran cantidad de visitantes. Principalmente se mide la compactación del terreno y se realizan muestreos de los distintos senderos de acuerdo a la afluencia de público, para determinar si en el futuro cercano se tendrá que restringir aún más la entrada de público por temporada al parque, que gracias a la diversidad de atracciones, recibe visitantes durante las cuatro estaciones del año. Además, desde hace un tiempo se está haciendo un trabajo de compostaje, con el cual la basura orgánica generada por los visitantes es transformada en un humus que se le entrega a la comunidad Pehuenche que colinda con Conguillío para sus cultivos de hortalizas y verduras, productos que finalmente son vendidos en el mismo parque en un local ubicado en la playa principal.

“Cuando llegamos al parque no había un tope de capacidad de carga. La gente se instalaba en sitios de emergencia, como los llamaban. Ahora a través de un software de reservas y con nuestro equipo multidisciplinario –biólogos, veterinarios, profesionales del turismo- hemos desarrollado una metodología que ha permitido traer más visitantes pero regulado con el sistema de los Límites de Cambios Aceptables del parque. No como en Torres del Paine o en el Vicente Pérez Rosales, que no existe ningún tipo de regulación y están colapsando. Nuestra idea es convertirnos en un modelo de gestión que sirva para replicar en otros parques”, explica Nualik Burucker, gerente general de esta sociedad por acciones.

Estos estudios y proyectos son costeados con fondos exclusivamente de Sendas, que tiene ingresos que van desde los cinco mil pesos por persona en el camping Mochileros, hasta los 140 mil que se cobra por noche en temporada alta si se quiere optar por una de las modernas cabañas. También hay hoteles privados que colindan con el parque que ofrecen spa y visitas guiadas por los principales senderos, además de contar con todo tipo de servicios, excepto Internet. A pesar de llevar la experiencia outdoor a un nivel de resort, en el paraíso que se concibe en Conguillío la desconexión sigue siendo la mejor oferta. Sólo basta caminar, perderse en la enormidad del parque, esperar el silencio y observar.

Sigue el viaje en el Facebook oficial de la aventura.

Caminar por Santiago. Recorrer la Alameda entera e inmiscuirse en cada una de las calles que la cruzan. Visitar a pie las comunas de Puente Alto, Colina y Peñaflor. Terminar y darse cuenta que completaste una travesía de 70 mil hectáreas que conforman la capital de Chile.

#Parques2015 es algo así, pero 128 veces más grande. Los edificios y el cemento cambiarán por más de 9 millones de hectáreas conformadas por alerces milenarios, lagunas vírgenes, áridos desiertos, glaciares en peligro, pumas e historias desconocidas hasta ahora.

Serán cinco meses de recorrido por los 36 Parques Nacionales del país. Un viaje que contempla 12 mil kilómetros de trayecto por tierra, además de otros ocho mil kilómetros por mar y cielo.

MÁS CONTENIDO MULTIMEDIA

    Canales
  • Deportes
  • Magazine
  • Mundo
  • Nacional
  • Tecnología
  • Música
    Categorías
  • Especiales
  • Fotos HD
  • Infografías
  • Interactivos
  • Slideshows
Términos y condiciones de los servicios I © 2002 El Mercurio OnlineVer más contenido de Nacional+