Parque nacional Alerce Costero

El largo y sorpresivo camino para visitar al Gran Abuelo

Inmerso en la Cordillera de la Costa valdiviana está el ser vivo conocido más antiguo de Chile. Un alerce que tiene más de 3.500 años y que está precedido por playas vírgenes, bosques de olivillo y un camino adrenalínico. Aquí, una ruta alternativa al Parque Nacional Alerce Costero.

por José Pablo Harz
LUNES 02 DE MARZO DE 2015
Así es el Parque Nacional Alerce Costero

En este cuento el lobo aparece si se elige el camino largo. Pero también, en esta historia, además de adrenalina e incertidumbre, el lobo es belleza natural. Playas casi vírgenes, espesa selva, ríos cristalinos y alerces, miles de alerces, adornan la ruta para visitar al Gran Abuelo: un Fitzroya cupressoides (obvio, un alerce) de cerca de 3.500 años que se eleva hasta los 30 metros y cubre un perímetro de más de once. Es el árbol vivo más longevo del país y la principal atracción del Parque Nacional Alerce Costero. Pero antes de siquiera pensar en sentarse en las graderías especialmente armadas para aplaudir al milenario ser, hay que recorrer y disfrutar todo lo que ofrece la Cordillera de la Costa valdiviana.

La aventura se inicia con el ferry desde Niebla a Corral, o un poco antes si se quiere disfrutar de toda la gastronomía de la ciudad que cobija uno de los fuertes más importantes de Chile. La primera parada una vez desembarcado es Chaihuín, una localidad que además de poseer lindas playas, buena pesca y unos singulares colmillos en el medio del mar, es una de las entradas al parque. Aquí, aún se nota lo incipiente de la unidad: con sólo cinco años desde su creación, este acceso no cuenta con senderos habilitados y las huellas para vehículos son difíciles de seguir incluso para tanquetas. Un mirador hecho de madera y que permite observar el pueblo, el Pacífico y los valles de bosque siempreverde cumple la función en una detención que no debiese tomar más de media hora.

Datos del parque
  • Ubicacion: 74 kilómetros de Valdivia.
    Superficie: 24.828 hectáreas
  • Cuando: Todo el año
  • Atracción: Alerce milenario
Actividades

Desde aquí, se hace imprescindible un vehículo cuatro por cuatro si se quiere llegar sin problemas donde el abuelo. Lo primero es tomar la ruta que une Chaihuín con Hueicolla, en un recorrido inolvidable por Reserva Costera Valdiviana. El mal estado del camino hace difícil pasar los 40 kilómetros por hora, pero esa lentitud permite observar más allá de los miles de eucaliptus plantados por la Forestal Terranova luego de quemar la misma cantidad de especies nativas a principio de los 90 bosques de olivillo y murta, muchos de los cuales fueron sembrados a principios del siglo XXI por la ONG estadounidense The National Conservacy, quienes compraron y luego donaron gran parte de las 24 mil hectáreas que hoy en día conforman el Alerce Costero.

En medio de esa ruta, que se extiende por unos 60 kilómetros, está el ingreso a Playa Colún. Este lugar sorprende con la gran y recta extensión de la costa, que con dunas repartidas por cientos de metros y un fondo verde, en verano permite (si el viento no se enajena) pasar una buena tarde de picnic antes de seguir el camino. Además, en cualquier época del año, es sitio predilecto para los surfistas que buscan la tranquilidad que se respira en el sector y la bravura de las olas que regala el mar en la Decimocuarta Región.

El trabado camino continúa y poco a poco algunos alerces comienzan a dejarse ver. Cuando el mapa indica que Hueicolla está a metros de distancia y sólo quedan los 30 kilómetros para llegar a El Mirador (entrada principal del parque) un río aparece en el camino y un cartel desanima al visitante: “Camino cortado”. Sin ni un aviso la travesía que ya se alarga por casi cuatro horas se ve amenazada. Entre diciembre y marzo, y más en un año de sequía como este, ese flujo de agua permite aventurarse y cruzarlo con el auto, no sin antes meterse al agua y medir con un palo la profundidad para comenzar a demarcar la ruta. Ese lugar es perfecto para practicar la pesca con mosca y acampar luego de visitar el parque, considerando que los sitios ahí son escasos.

Después de recorrer el último tramo, los alerces empiezan a predominar. Vivos y muertos. Es paradójicamente hermoso ver el cementerio de esta especie que sólo crece en Chile y Argentina: centenares de troncos blancos con diversas formas y cortes que llevan miles de años parados en el mismo lugar, como si fueran estrellas que brillan en la tierra. Hay uno, entre todos, que destaca. Que se ha negado a morir y nació mientras el mítico faraón Tutankamón reinaba en Egipto. Es el Gran Abuelo, cuya corteza es atravesada por surcos que parecen canales y terminan en otras plantas que se arriman, como bien dice el dicho, a un buen árbol. Uno que necesita que, como en el famoso cuento, todos sean cazadores para poder conservarlo.

Sigue el viaje en el Facebook oficial de la aventura.

Caminar por Santiago. Recorrer la Alameda entera e inmiscuirse en cada una de las calles que la cruzan. Visitar a pie las comunas de Puente Alto, Colina y Peñaflor. Terminar y darse cuenta que completaste una travesía de 70 mil hectáreas que conforman la capital de Chile.

#Parques2015 es algo así, pero 128 veces más grande. Los edificios y el cemento cambiarán por más de 9 millones de hectáreas conformadas por alerces milenarios, lagunas vírgenes, áridos desiertos, glaciares en peligro, pumas e historias desconocidas hasta ahora.

Serán cinco meses de recorrido por los 36 Parques Nacionales del país. Un viaje que contempla 12 mil kilómetros de trayecto por tierra, además de otros ocho mil kilómetros por mar y cielo.

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